Más de 150 vehículos participaron en la caravana de protesta del sector hostelero en A Coruña

El sector de la hostelería volvió a protestar este jueves en A Coruña por las restricciones que decidió adoptar la Xunta para luchar contra la pandemia derivada del covid-19. Lo hizo en forma de caravana de vehículos que recorrieron las principales vías de la ciudad. Y los profesionales de este ramo no estuvieron solos, le acompañaron taxistas, repartidores de mercancía, agentes de ventas de grandes marcas de bebidas, camiones de empresas fabricantes de bebidas «e, incluso, particulares», destacó Pedro Villarino, miembro de la asociación Shostalería. También fue importante el apoyo que la expedición recibían de los peatones, de otros vehículos ajenos al sector, y hasta desde algunas ventanas de los edificios por donde discurrió la protesta. Los hosteleros vuelven a reclamar mas y mejores ayudas. Consideran que lo que deben hacer las administraciones «es darnos las ayudas de forma directa», y subrayan que si les obligan a cerrar «que nos nos obliguen a pagar los impuestos, porque ya no nos podemos endeudar más», recalcan.

La caravana, en la que participaron más de 150 vehículos, partió a la una de la tarde desde la explanada del Coliseum, en las inmediaciones de Alfonso Molina. La procesión de protesta se incorporó a esta avenida utilizando solamente un carril, el central, por lo que los problemas de tráfico fueron mínimos. Sí hubo más problemas en la circulación cuando la caravana desembocó en Linares, Rivas, pasó por la plaza de Ourense, la Avenida do Porto o el túnel de María Pita.

Los manifestantes continuaron circulando por Orillamar, donde también se registraron algunas retenciones. En el primer tramo del paseo marítimo la caravana circuló con fluidez, aunque las retenciones de tráfico volvieron a la altura de la fuente de los surfistas, y se incrementaron cuando el convoy llegó al desvío del paseo hacia Modesta Goicouría, en Manuel Murguía y, sobre todo, en la rotonda del pavo real, sobre todo en la salida desde la tercera ronda. La marcha de protesto finalizó minutos después de las dos de la tarde. Lo hizo en Manuel Murguía, a la altura de la tribuna del estadio Riazor Abanca. Pero debido a la importante cantidad de vehículos, muchos de ellos tuvieron que dar hasta dos vueltas en la rotonda del pavo real para permitir que los ya aparcados fuesen saliendo y dejándoles sus sitios.

Desde la asociación Shostalaría quisieron agradecer el apoyo recibido por los taxistas, por los repartidores... «y por los particulares que nos acompañaron en esta protesta y que nos están apoyando cada día», dicen. Creen que el aliento que están recibiendo «es porque todos formamos una cadena, una necesaria línea para fomentar el tejido social y económico local», subrayaron varios profesionales de la hostelería.

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