Ni las entidades benéficas están exentas de la oleada de robos en el Agra del Orzán

Emiliano Mouzo A CORUÑA

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Emiliano Mouzo

Los ladrones asaltaron el rastrillo del Ejército de Salvación y se llevaron ropa destinada a los más necesitados

27 ene 2021 . Actualizado a las 16:13 h.

La oleada de robos en el barrio del Agra del Orzán no remite, y ni siquiera se salvan de estos asaltos las entidades benéficas y de ayuda social. Además, los ladrones no respetan el toque de queda. 

En la madrugada del sábado, minutos antes de las 4.00 horas asaltaron el rastrillo que el Ejército de Salvación tiene en el bajo del número 3 de la calle Ramón María Aller. Para acceder al interior reventaron la puerta del establecimiento con una piedra, como viene siendo habitual en los últimos asaltos que se están produciendo en el Agra y en O Ventorrillo.

Una vez en el interior, los ladrones removieron todo, reventaron la caja registradora, en la que no había ni un euro, y se llevaron «ropa de abrigo que teníamos preparada para entregar a aquellos necesitados que nos visitan en nuestra sede, en la calle Francisco Añón», explicó Begoña Carnés, responsable de esta institución benéfica.

La mujer dice que lo peor de este asalto «fueron los destrozos que causaron, y su reparación cuesta un dinero que nosotros no tenemos», ya que el Ejército de Salvación se financia de las donaciones y de las aportaciones «de nuestros feligreses». Por ello no entiende que se robe, y que pueda haber alguien «que entre en un rastrillo donde la mayoría de la mercancía se destina a los sintecho, y lo que podemos recaudar con alguna venta lo utilizamos para comprar los alimentos, los vasos de cartón, las bolsas en las que les facilitamos el desayuno a los más necesitados». Y es que la organización entrega diariamente unos cincuenta desayunos «a personas muy necesitadas, sin trabajo, enfermas...». 

Les entregan un café con leche, Colacao. tostadas con mermelada y mantequilla, «y no dudamos en darle más de un desayuno a quien lo necesita, si es que sobran, claro». Solo cuentan con el apoyo de una panadería y de otro negocio de restauración «que nos ofrecen lo que le sobran, pan, empanada, bollería». 

El Ejército de Salvación también colabora con otra asociación «que de vez en cuando logra encontrarle trabajo a alguno de nuestros usuarios», indica Begoña. Porque la pandemia derivada del coronavirus está afectando muy negativamente a estas personas más vulnerables: «Algunos ganaban un poco de dinero haciendo algún trabajillo, pero ahora se quedaron sin nada», recalca.

Desde el Ejercito de Salvación alertan sobre los graves problemas que está causando la pandemía. Y las personas más necesitadas son de las más perjudicadas. De hecho, los usuarios de esta asociación benéfica ya no se pueden beneficiar del servicio de ducha, de lavandería e, incluso, de peluquería porque las restricciones lo prohíben.

En cuanto al asalto al rastrillo, fueron los vecinos los que al escuchar el rudio causado para reventar el vidrio de la puerta del local llamaron a la policía. Varias patrullas llegaron a los pocos minutos. De hecho, esta rápida respuesta permitió detener a uno de los ladrones que salía de la tienda con varias prendas de ropa. Ahora buscan a su compinche. Desde la Policía Nacional y el 092 agradecen la participación, la ayuda, la colaboración ciudadana para evitar este tipo de incidencias.