El Hortensia, ese icono

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

Árboles caídos en A Coruña a causa del ciclón Hortensia
Árboles caídos en A Coruña a causa del ciclón Hortensia ALBERTO MARTI VILLARDEFRANCOS

Con los años vendrían otros ciclones más devastadores, como el Klaus en el 2009, pero ninguno dejó esa huella en la memoria colectiva

23 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Sonó el teléfono de casa aquel 4 de octubre de 1984 y no presagiaba nada bueno. La voz al otro lado del hilo emitió un mensaje contundente: «Mira, neniño, dile a tu padre que estamos viendo pasar el tejado de su invernadero por delante de la ventana». Por la nuestra no se veía nada. Eran las nueve de la mañana y el cielo estaba negro como una noche tenebrosa y apenas se intuían las ramas de los árboles, zarandeadas con anarquía por un viento furibundo.

En ese momento, el ciclón Hortensia celebraba su apogeo en la ciudad con un festival de destrozos, levantaba coches del suelo, segaba la vida de una persona y lanzaba sobre los transeúntes sus alocados latigazos a 160 por hora. En Galicia dejó daños por mil millones de pesetas, seis millones de euros, que entonces eran un capital fabuloso.

Ante aquel panorama, Educación suspendió las clases, así que mi hermano y yo nos pasamos la jornada tratando de recuperar los restos mortales del invernadero (R.I.P.). La vuelta a las aulas parecía inevitable al día siguiente, pero fue entonces cuando se produjo uno de esos instantes mágicos que uno no olvida fácilmente: Circulábamos en el coche de mi padre por el camino de la urbanización. Al llegar a la mitad, un pino enorme que había caído por la noche nos cortaba el paso. Y allí nos quedamos, con el coche bloqueado y una sincera gratitud a esos vientos huracanados que habían obrado el milagro.

Con los años vendrían otros ciclones más devastadores, como el Klaus en el 2009, pero ninguno dejó esa huella en la memoria colectiva. Ayer, 37 años después recibimos, la visita de un nuevo Hortensia. Pero nada que ver con el de verdad, más allá del nombre. Faltaba más: un respeto para los iconos meteorológicos de los coruñeses.