Un semáforo para el covid en clase: el pionero sistema de un colegio gallego

Mila Méndez Otero
Mila Méndez A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Aparato que mide el nivel de CO2 en Las Jesuitinas
Aparato que mide el nivel de CO2 en Las Jesuitinas Marcos Míguez

Una AMPA de A Coruña invierte 7.200 euros en medidores de calidad del aire: «Pasaremos el frío el justo y necesario»

14 ene 2021 . Actualizado a las 10:25 h.

Una vez demostrado que el nuevo coronavirus también se transmite por los aerosoles (partículas suspendidas en el aire), los padres del colegio concertado Jesuitinas de A Coruña tuvieron claro a dónde iría el presupuesto ahorrado en el 2020 ante la cancelación de las actividades escolares y el nuevo de este 2021. Su regalo de Reyes fue la compra de 36 medidores de calidad del aire

«En la ANPA nos pusimos en contacto con científicos especializados en contaminación ambiental del CSIC, de la Universidad de Castilla-La Mancha y con investigadores como el profesor aragonés en la Universidad de Colorado José Luis JiménezDesde agosto nos preguntamos cómo podríamos ayudar al colegio para aumentar las medidas de seguridad ante el covid», cuenta Ana González Neira, la vicepresidenta del ANPA. Descartados los purificadores, prohibidos por la Xunta, los progenitores pidieron consejo a los expertos sobre los medidores que regulan la calidad del aire a partir de los niveles de concentración de CO2 en una habitación. 

«Son como un semáforo que informa sobre cómo está de saturado el ambiente. Indican su grado de limpieza. Cuanto más concentrado, mayor riesgo de contagio del covid-19 por aerosoles. Las aulas miden 60 metros cuadrados y en cada una tenemos 25 alumnos. Cuando los niveles de CO2 están por encima de 700 ppm (partes por millón), se enciende la luz amarilla y los profes saben que hay que abrir las ventanas para renovar el aire. Como se trata de niños, no esperamos a que llegue al nivel naranja, en los 1.200 de concentración de dióxido de carbono», explica Emma Quiroga, la directora del centro en el que estudian unos 900 alumnos de infantil y primaria. 

Con este sistema, que se instaló durante las vacaciones de Navidad y que acaban de inaugurar, también consiguen que los pequeños no pasen más frío del necesario en el aula. «La otra opción es estar todo el día con las ventanas abiertas. De esta forma, se sabe en tiempo real cómo de cargado está el ambiente, algo que nos puede ser de ayuda después de la pandemia, pues se asocia una mayor concentración de CO2 con menores niveles de concentración», argumenta Emma Quiroga. «Es como cuando hay humo en una habitación. La mejor forma de terminar con esa contaminación es ventilar la estancia», precisa Ana González

Los medidores, fabricados en Europa y de la marca Aranet 4 Home, han corrido a cargo de la ANPA. Cada uno cuesta cerca de 200 euros y han colocado uno en cada aula, 36 en total, por lo que el presupuesto final fue de 7.200 euros. «Antes que invertir en otras actividades, la seguridad nos pareció lo más importante. No es que seamos ricos, todo lo contrario», remarca González, vicepresidenta de la asociación de madres y padres. 

Aparato que mide el nivel de CO2 en Las Jesuitinas
Aparato que mide el nivel de CO2 en Las Jesuitinas Marcos Míguez

Medida de «presión»

Cuentan desde e la AMPA que su objetivo también es el de concienciar a las Administraciones. «Estos medidores deberían estar en cada colegio de Galicia y también en las instituciones públicas. Antes de tomar medidas drásticas como cerrar toda la hostelería, se podría comprobar qué locales mantienen una buena calidad del aire para reducir la probabilidad de contagio por aerosoles», defiende González.

Los aparatos los complementan con una aplicación que ha desarrollado la USC con Meteogalicia: ventilacion.usc.es. «Con el medidor sabes lo que tienes dentro, la aplicación te da una orientación a mayores del ambiente exterior, con pautas sobre cómo y cuándo toca ventilar en función de la previsión del viento», aclara Emma Quiroga, que incide: «Recibimos niños de todos los barrios, para los profesores es una tranquilidad, les evitamos la angustia de estar ventilando cada poco o de no cerrar las ventanas en toda la mañana. Con un visual saben cómo está el ambiente. Galicia no es Burgos, pero así también garantizamos confort térmico». Con la llegada de enero y la borrasca Filomena en la Península, «pasaremos el frío el justo y necesario», concluye la directora de las Jesuitinas.