Como la canción de Mecano, hacemos balance de lo bueno y lo malo
07 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Ha sido arrancar el nuevo año y ponernos a hacer balance, como la canción de Mecano, de lo bueno y lo malo. Si hemos cambiado mucho, si el covid nos transformará para siempre, si hemos iniciado un nuevo tiempo, si la década que empezamos traerá la revolución definitiva. Y mientras debatimos todo esto, entre paseo y paseo, mis ojos no dejan de repasar una y otra vez la auténtica y definitiva metamorfosis que hemos liderado las mujeres desde que nos hemos bajado de los tacones. Coruñesas, estaréis conmigo en que si algo nos ha hecho avanzar a grandes pasos, si hay una revolución femenina que nos haya beneficiado de por vida son las zapatillas deportivas. Es echar la vista atrás y pensar en aquellos años en que la moda nos aupaba a la desgracia de las plataformas, el tacón fino y las botas altas y de pronto me he sentido prisionera de mí misma. ¡Qué tensión! Sin embargo, en estos tiempos locos, incluso con la obligatoriedad de la mascarilla a cuestas, he reconocido debajo de ese bozal pandémico la alegría de todas las coruñesas que pisan más fuerte que nunca. Se nos nota cuando en el acelere de estos días de compras, todas nos movíamos enfundadas en los plumíferos, los gorros y con las snakers desafiando a nuestra atmósfera cambiante. No sé qué será de nosotras en un futuro, pero desde luego no hay vuelta atrás en esta revolución grácil que nos ha liberado a todas para siempre. Primero desatamos los corsés, luego la opresiva fórmula de las medias finas para vestirnos los pantalones y ahora por fin descansamos sobre las deportivas. Así que cuando alguno vuelva a decir que no hemos cambiado nada, aunque sigamos haciendo la cola de Glaccé, yo sonreiré encantada porque en cualquier momento puedo echar a correr. Coruñesas, este año más que nunca, estoy a vuestros pies.