Dos papelerías y un estanco de A Coruña vendieron décimos del penúltimo quinto premio
A CORUÑA CIUDAD
«Este año di muchos acabados en 1», se felicita la propietaria del local de Pérez Cepeda
22 dic 2020 . Actualizado a las 16:33 h.«¿Cómo? ¿Un quinto? ¡Qué alegría!». Así recibía la noticia María Flores, propietaria de Papelería Riazor, la noticia de que su establecimiento se encuentra entre los muchos que han despachado el 43831, un quinto premio de la lotería de Navidad. «Este año di muchos acabados en 1, y había a quien no le gustaba demasiado, pero mira, ha tocado», se felicitaba la responsable de un local que vende la suerte a través de máquina. Aunque pendiente aún de comprobar el listado, considera María que «lo lógico es que haya despachado un décimo, porque es raro quien pide por máquina más de uno». Aún así, se mostraba «muy contenta, siempre está bien dar un poco de alegría y al que le hayan tocado los 6.000 euros, seguro que le vienen muy bien».
No es la primera vez que la papelería reparte suerte, ya que en el 2017 selló un boleto de 470.000 euros de otro premio de Loterías del Estado, en este caso en la bonoloto.
Otra papelería también vendió el penúltimo quinto premio
María Dolores Paredes Pato, que regenta la librería y papelería La Martina, en Villa de Negreira 41, también se enteró por una llamada de La Voz que había vendido el 43831, uno de los últimos quintos premios en salir del bombo. «Pues me acabo de enterar. En principio, y digo, en principio, lo habré vendido. Pero todavía no lo he podido comprobar», explicaba Dolores con cierta incredulidad. Explicaba, mientras seguía atendiendo a los clientes de la librería, que aunque el negocio lleva más de cincuenta años abierto, ella se hizo cargo del negocio en el 2016 y nunca había entregado premios tan importantes. «Antes sí, sé que habían entregado una Primitiva de 1,3 millones y una Quiniela de más de 60.000 euros. Pero yo nunca repartí un importe tan elevado». Confirmó que, al ser un receptor mixto, el o los décimos premiados los tuvo que sacar por máquina. «Por ahora no sé cuántos han sido. Supongo que lo sabré a última hora, pero sea lo que sea es maravilloso. Y un premio así anima a la clientela fiel». Casualmente, tenía como número de la casa el 49797. «Muy parecido al gordo. Y aunque no será una lluvia de millones, los que lo compraron también tendrán una pequeña alegría» en un barrio que, como dice María Dolores, lo necesita mucho porque está habitada por gente obrera y con mucho inmigrante. Al final de la mañana confirmaba con Loterías y Apuestas del Estado que tan solo había vendido un décimo de este quinto premio.
La suerte vuelve a sonreír al estanco de Monelos
Otro de los lugares que más premios reparten es el estanco de Monelos, en el número 27 de la misma avenida. Esta vez, un décimo del quinto premio. Vanessa Rubio, su propietaria explicaba minutos después de enterarse de que fue vendido por máquina y desconoce el comprador. Supone que es del barrio porque su mayor clientela reside en la zona.
Casa Sixto, en Aranga, también despachó el número 43831
En el área metropolitana también hubo un municipio agraciado con este penúltimo premio: Aranga. El local Casa Sixto fue el encargado de repartir otro trocito de ilusión. Su dueño, Ramón Otero, confirmó que tan solo fue un décimo (6.000 euros) despachado por máquina.