Los nidos de velutinas apenas tienen actividad en esta época y sus moradoras son menos agresivas

Emiliano Mouzo A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

CÉSAR QUIAN

El número de avisperos en la ciudad está siendo similar al del año pasado

30 ene 2021 . Actualizado a las 17:38 h.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) presentó el pasado mes de septiembre la previsión estacional para este otoño: «Serán unos meses más cálidos y secos de lo normal», indicó Francisco Infante, delegado de la agencia en Galicia. Y el pronóstico de los técnicos se están cumpliendo.

¿Y cómo afectan las altas temperaturas y la escasez de lluvia en la evolución de la avispa velutina en nuestra ciudad? El experto en este tipo de insectos y miembro de Protección Civil de Cambre, Lolo Andrade, aseguró que el progreso de los nidos «está siendo similar a otros años. Se pude decir que hay la misma cantidad y que se están retirando o inactivando un número similar a la del año pasado». Y en esta época los avisperos tienen muy poca actividad.

Y es que según Andrade, a la vespa velutina le influye poco el clima: «Si hace mucho calor entran en el avispero con agua, la escupen y de esta forma humedecen las capas de celulosa que componen el nido; y si tienen frío generan calor moviendo las alas».

Andrade sí quiere tranquilizar a la población. Manifiesta que en estas fechas la mayoría de los nidos, «muchos más pequeños que los que se pueden ver en verano», están frecuentados por las avispas diutinas: «Estas ni suelen atacar al ser humano, ni tan siquiera a los insectos autóctonos, a nuestras abejas o avispas», recalcó.

Explicó que estas avispas viven solas en el nido, «y al faltar la reina no reciben las feromonas de estas, por lo que no son tan agresivas». De hecho, solo salen con sol y para alimentarse: «A por el néctar de la flor de la hiedra, a por la sabia del eucalipto y restos de frutas». Y es que las diutinas al no tener que alimentar a las larvas «no tienen necesidad de recolectar insectos ni restos de animales muertos, por ello, al no desgastar las alas viven más tiempo».

Su único objetivo es sobrevivir. Por eso cierran la entrada del nido lo máximo posible: «Dejan un paso de apenas unos 8 milímetros, para que de esta forma no les entre el frío ni el agua», explicó Andrade.