Ignacio Ramil, internista: «La mascarilla y el matasuegras no conviven bien»

P. PORTABALES / L. SILVOSO A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Ignacio Ramil, médico adjunto de la unidad de enfermedades infecciosas del Chuac, A Coruña.
Ignacio Ramil, médico adjunto de la unidad de enfermedades infecciosas del Chuac, A Coruña.

«Me da mucho pánico la tercera semana de enero», confiesa en Radio Voz el médico del Chuac, que siente «vértigo» ante las consecuencias que pueden derivarse de las reuniones navideñas

20 nov 2020 . Actualizado a las 02:03 h.

 Ignacio Ramil es médico adjunto del servicio de medicina interna del Chuac y experto en enfermedades infecciosas. Este jueves participó en el programa Voces de A Coruña de Radio Voz

 -¿Ustedes ya eran conscientes de que esta segunda curva iba a ser difícil de doblegar?

-La famosa curva lleva estancada unas cuatro semanas. Estamos esperando si las medidas de restricción ayudan a bajar la incidencia y ver las cosas con más tranquilidad. Hoy, con los datos de ayer, vemos un repunte de PCR positivas en Vigo y Coruña muy llamativo, cuando las medidas llevan ya casi dos semanas. Entonces nos mosquea un poco. Vienen épocas difíciles desde un punto de vista médico. A nivel social la gente está cansada, vienen épocas de reunión social, de ver a los amigos, a las familias y yo, la verdad, desde un punto de vista laboral y médico veo preocupante la incidencia que tenemos ahora de cara a lo que nos viene por delante las próximas semanas

-Se insiste en que Navidad sí, pero diferente. 

-En Nochebuena yo normalmente ceno con mis padres y mi hermano, somos al menos tres núcleos convivientes diferentes, a veces se suman abuelos, tíos… Son comidas de más de veinte personas.  A mí, a día de hoy, eso me da un vértigo desde el punto de vista médico que ni te lo imaginas, pero la gente no es consciente. Y por mucho que venga la mujer de un enfermo que metamos esta noche  en la uci a llorar y contar lo mal que se pasa, la gente no se va a concienciar. La gente necesita ver a su familia y somos conscientes de lo peligroso que está esto para meter este juego de por medio.

-Una familia estándar, con el hijo estudiando fuera que viene para Navidad a cenar en casa de los abuelos y en una gran fiesta en un espacio cerrado. ¿Es una realidad de la que nos tenemos que olvidar?

-¡Cómo nos vamos a olvidar de eso! Pero desde un punto de vista médico meter a veinte personas en una casa, con las incidencias como están, no solo aquí, en todo el territorio nacional... Ya sabemos todos que la mascarilla y el matasuegras no conviven bien.La mascarilla dura el 'hola qué tal' y ya está fuera. Esa es la idea que tengo yo. Si metes a un infectado en esa comida, que va a haberlos, probablemente salgan 8-10 personas infectadas de convivir tres o cuatro horas en un mismo espacio cerrado sin mascarillas. Diez infectados de los que van a pagar el pato todos sabemos quienes: nuestros familiares más frágiles. 

-¿Lo anulamos, entonces? 

-No me voy a meter en decisiones personales. ¡Si hasta en mi propia casa, ni yo ni mi mujer pensamos cómo y qué hacer! Todos necesitamos ver un ratito a la familia. Son necesidades sociales, que no todo en la vida son cuestiones sanitarias, pero al virus le da exactamente igual que tengas muchas ganas, que sea Navidad al virus le da exactamente igual. Si hay una incidencia alta y nos metemos todo el mundo en las casas el 24 y luego el 25 vamos a la de los suegros… Es un burumbio de gente que no va a tener sentido las repercusiones que podemos tener después. No va a tener sentido. Eso o baja la incidencia, y mucho tiene que bajar de nuestro señor en tan poco tiempo, o sea, imposible, o para mí desde el punto de vista sanitario es una locura. 

-Parece difícil convencer de que no haya reuniones, a lo mejor si se prohíbe…

-No sé qué medidas se van a tomar. Es una situación muy compleja, y dios me libre a mí de verme en esas. Pero es una decisión muy compleja, que va a haber que asumir como se asumieron otras. Algunas han ido bien, otras no tanto. Algunas que me impresionaban por riesgo y al final han salido bien, el ejemplo es la escolarización de los niños, Pero habrá que tomar una decisión, establecer una serie de medidas y luego contar con el cumplimiento de la gente, porque tú puedes decir no reuniones de más de 10 y luego la gente lo acata o no. Pero sí, nos da mucho respeto lo que nos viene por delante, sabemos que la gente se va a reunir sí o sí. ¿Qué implicación va a tener? Ojalá me equivoque, pero a mí personalmente me da respeto, mucho. 

-Si las cifras mejoran con las medidas, probablemente se irán retirando restricciones y llegará la Navidad. Este es el panorama. ¿Le da pánico enero?

-La tercera semana de enero, mucho. Más no te puedo decir. Al final esto es movimiento social. Lo hemos visto y leído por todos lados. Cuanto más menees a la gente, más lo vamos a pagar. Siento ser el aguafiestas, pero ¿me da miedo enero? Mucho y a partir de las segunda-tercera semana, más. 

-Que es cuando, de haber contagios, les llegarán los ingresos al hospital.

-Sí, exacto, a partir de la tercera semana empezará a haber un acelerón de ingresados. Ojalá me equivoque ¿Me da miedo? Si, viendo lo que veo todos los días claro que me da.