Subida hasta lo alto de un monte sin saltarse el perímetro

CRISTÓBAL RAMÍREZ A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Paseo por el monte entre vegetación en tiempos de semi-confinamiento
Paseo por el monte entre vegetación en tiempos de semi-confinamiento C.R.

La amplia e inédita panorámica desde el Xalo, premio a un ascenso corto por tierras de Culleredo

07 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No son tiempos para pensar en largas excursiones, sino para quedarse en casa o para salir con las limitaciones decididas por la Xunta. Y dentro del área de A Coruña (la propia capital, Arteixo, Oleiros, Culleredo y Cambre) existen lugares donde es posible tomar el aire fresco sin riesgo al contagio. Porque en ocasiones, en efecto, es necesario llenar los pulmones y respirar. Cierto es que se debe tener un cierto espíritu aventurero, porque hay que tirar al monte, directamente, pero en estos momentos, y por lo general, nunca se puede pedir todo.

De modo que coche y dirección Cerceda. O sea, autovía de salida y en el entronque con la A6 (autovía a Arteixo y Lugo) hay que seguir de frente por la carretera 523, rumbo inicial a Ledoño (aunque no se pasa por este lugar). Así el viajero va a salvar dos rotondas y empezará a subir por un asfalto ancho y en muy buen estado.

En la muy larga recta de ascenso con tres carriles parte a la izquierda otra carretera (43°15'01»N 8°26'35»W), bien señalizada y a la que es posible desviarse sin vulnerar normas de tráfico. Cójase y apárquese el coche a los pocos metros, porque ahí a la diestra arranca una pista de fuerte pendiente y firme muy irregular e incluso con demasiada vegetación a los lados en algún punto. O sea, para aventureros y familias con niños no demasiado pequeños. Todo un desafío. No por la longitud, sino por esas pequeñas dificultades que dan un tono de aventura a la marcha.

¿Cuál es el objetivo? Pues hay dos. El primero es llegar a un llano con un enorme bloque granítico a la derecha y otro todavía mayor a la izquierda. El segundo, ganar este último, lo más alto. Hay un sendero con tojos que dificulta aún más las cosas. Pero en ningún caso las distancias imponen respeto: los iniciales desde que se dejó el coche son 500 metros, y el segundo objetivo implica caminar algo más de otro centenar.

¿Y cuál es el premio? La panorámica. El estar viendo un paisaje infinito que, hay que tenerlo por seguro, no figura en ninguna guía turística. No es el Everest, claro, pero la foto debe ser obligatoria. O mejor dos: una hacia A Coruña y Oleiros, y la otra en sentido contrario, hacia A Laracha y, sobre todo, Cerceda.

Una salvedad: si en la aproximación se llega por la carretera al final de la subida, marcha atrás inmediatamente: ahí empieza A Laracha, con la aldea de Mantiñán a la izquierda. Y no está permitido salir del perímetro. Lo cual no quiere decir que no esté permitido disfrutar de un paisaje inigualable.

LA AVENTURA

Ascender hasta el bloque granítico de más altura..

LA FOTO MÁS PERSONAL

En la pequeña vaguada entre las dos partes más altas.

EL DESAFÍO

Continuar por la pista y descubrir el entorno del monte Xalo (sin descender a la derecha ya que se saldría del perímetro.

EL PASADO

Esa zona fue habitada hace cinco milenios, hace dos y, quizás, en tiempos medievales.