Una pareja de navegantes holandeses tuvieron que dejar su yate en Viveiro por culpa del covid y de las orcas

Emiliano Mouzo A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Se vieron obligados a viajar en tren hasta A Coruña, en bus hasta Oporto y en avión hasta Holanda

01 nov 2020 . Actualizado a las 22:30 h.

Hendriha Kalhman y Fredericus Jansen son una pareja de navegantes que realizaba una travesía por aguas del Atlántico con su velero. Hicieron una escala en el puerto de Viveiro para descansar y avituallarse. Su intención era continuar el viernes con rumbo a la dársena de A Coruña. «Pero las autoridades marítimas nos prohibieron zarpar», explicó Hendriha.

Les explicaron que en A Coruña se había decretado el cierre perimetral, que no se podía entrar ni salir de la ciudad, y que también suponía un grave peligro navegar por las proximidades de la costa gallega debido a la presencia de orcas.

Estos navegantes no podían esperar «eternamente» en el barco. «Nadie sabe cuándo vamos a vernos libres de esta pandemia», subrayó Hendriha. «Y lo que no podemos hacer es navegar desde Viveiro hasta Holanda sin realizar ninguna escala, tanto por razones de cansancio y seguridad, como por avituallamiento y supervivencia», recalcó. Por ello, tuvieron que atracar y amarrar su barco en un pantalán del puerto de Viveiro. Desde allí cogieron un tren que les trajo hasta A Coruña, donde pernoctaron. Ayer esperaban en la vacía estación de autobuses coruñesa para coger un autocar que le llevase a Oporto, y desde allí volarán a su casa, a Holanda. Durante todo este trayecto no tuvieron que pasar ningún control policial, «aunque si fuese así teníamos una buena justificación».

Lo que le pareció extraño es ver la ciudad de A Coruña con tan poca gente. Y es que ayer la urbe parecía «una ciudad fantasma», contó Rafael, un taxista. «La gente huyó el viernes», subrayó. En todo caso, a última hora de ayer volvió a notarse movimiento de tráfico dentro de la ciudad y también en sus accesos. 

Marcos Míguez