Cómo hacer 20 entrevistas de trabajo en ocho horas y no loquear en el intento

R. D. Seoane A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Pilar Couso, psicóloga y máster en gestión de recursos humanos
Pilar Couso, psicóloga y máster en gestión de recursos humanos MARCOS MÍGUEZ

Pilar Couso lo consiguió. «Tenía unos segundos entre una y otra», cuenta

27 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Pilar Couso Carmena tiene 27 años, es psicóloga por la Universidad Pontificia de Salamanca y máster en gestión de recursos humanos de la London South Bank University. Suma además variados cursos complementarios en selección y desarrollo del talento, márketing, comunicación... al margen de manejar el inglés y diversos programas informáticos. Ahora, además, cuenta con todo un récord en su currículo, porque es bastante factible que sean contados los que puedan acreditar haber realizado veinte - sí, veinte- entrevistas de trabajo ya no en un día, sino en apenas ocho horas.

Cómo llegó a un hito que ni ella misma tenía pensado marcar tiene una pizca de casualidad, mucho de tesón y bastante de audacia para aprovechar oportunidades. Cualidades, por otra parte, que ya quisieran encontrar muchos empresarios entre los candidatos a un puesto. Joven y sobradamente preparada, acabado el máster Pilar hizo prácticas en Madrid y, al terminar, incluso encontró trabajo. «Pero fue justo la semana que declararon el estado de alarma», lamenta. Le dijeron que contarían con ella una vez superado el pico, en septiembre, pero pasó el verano y la pandemia volvió a retrasar su incorporación. «No lo veía muy seguro y decidí seguir buscando», cuenta sobre su decisión de volver a A Coruña. «Aquí tengo la casa de mis padres, no tengo que pagarme una habitación...».

De vuelta, se puso a la difícil faena de acceder al mercado laboral, de modo que cuando se enteró de que la Cámara de Comercio, donde seguía ampliando su formación en otro curso, organizaba la feria del empleo «dije, ‘de aquí salgo con trabajo’».

«Hice unas veinte entrevistas, una detrás de otra, entre las 10.00 y las 17.30 horas», resume sobre la maratoniana jornada dedicada a exponer ante los responsables de personal de todas esas empresas -desde Gadis a Decathlon, pasando por Adecco, Indra, Repsol o Carrefour- por qué ella era la persona idónea para sumarse al proyecto.

Pilar no fue a ciegas. Se lo preparó, no solo porque para concertar las citas tuvo que hacer un auténtico tetris en encaje de horarios, sino porque se documentó sobre cada una de las firmas.

«Buscar empleo es un trabajo», resume la joven, que desde que regresó a casa dedica sus mañanas a distintos cursos y al carné de conducir y pasa una media de tres horas «todas las tardes» enganchada al ordenador para que no se le escape ninguna oferta laboral.

«Mis padres me preguntaron que cómo me iba a apañar, que cómo iba a preparar cada entrevista, porque tienes que al menos saber los valores de cada empresa; estuve como una loca buscando información», cuenta sobre el trabajo de documentación y fichas en el que puso todo su empeño. Llegado el día de la feria, la primera virtual, «tenía como diez segundos entre entrevista y entrevista», prácticamente lo justo para echar un vistazo y enterarse de con quién y a qué empresa pertenecía la persona con la que iba no solo a hablar, sino a tratar de convencer en unos minutos de todo su potencial.

«La verdad es que fue bastante bien, todos fueron amables y muy simpáticos, salí contenta porque llegar a tener una entrevista con alguien del equipo de recursos humanos es dificilísimo, ¡imagínate con 20!!». Lo dice Pilar con bastante entusiasmo por la experiencia que arrastra. En los procesos de búsqueda de empleo a los que se ha apuntado, el contacto prácticamente nunca llega a ser directo y visual: «Es casi imposible llegar a hablar con alguien, en la mayoría de los casos creo que no llegan ni a leerse el currículo», opina.

Más allá de las prácticas

Pilar, que le gustaría trabajar en recursos humanos, explica que de las entrevistas sacó contactos y expectativas. Las firmas se quedaron con su currículo «y me dijeron que los agregase al Linkedin y les contactase directamente, que si salía algo me llamarían ahora que ya me conocían». Ella se va a dar un margen, como ya tenía pensado, hasta fin de año antes de «intentar buscar trabajo de dependienta o lo que salga, y seguir formándome». Es consciente de que hacerse un hueco es complicado, ya que «levantas una piedra y salimos cien», además de haber una sobreoferta de becas. «Me gustaría un trabajo de lo mío más serio, ya tengo más estudios y me gustaría un contrato más allá de unas prácticas».