Visten ropa de marca, usan móviles de última generación y se mueven en buenas bicicletas, según los vecinos

Emiliano Mouzo
Periodista de La Voz especialista en sucesos, información marítima y aeroportuaria

Todas las Administraciones con competencias en el asunto buscan una solución al conflicto que está generando la entrada de okupas en el edificio número 19 de la calle Doctor Fleming, en el barrio de A Falperra. Mientras no se produce el desalojo, la presencia policial se deja notar en la zona. Al menos una patrulla circula, casi permanentemente, en vehículos y otros agentes recorren la calle a pie.

Y esta medida «está dando sus frutos», explica el presidente de la agrupación vecinal, Jaime Suárez. Declara que en los últimos días se percibe «menos movimiento, menos salidas y entradas en el número 19». Dice que los okupas no hacen «tanto jaleo como hace una o dos semanas, pero dentro están».

Aun así, son muchos los residentes de la calle Doctor Fleming, y del barrio en general, los que se preguntan qué pasa con los cinco individuos que okuparon el número 20, quiénes son y cuál es su forma de vida.

«No se les conocen altercados, atracos o robos, al menos en el barrio»

Se hacen estas preguntas porque hay aspectos, apariencias de estos cinco jóvenes, «que no nos cuadran, que no encajan». Lo apuntan porque a estas personas «no se les conocen altercados, atracos o robos, al menos en el barrio».

Y tampoco saben a qué se dedican. Sin embargo, a los vecinos les llama la atención el nivel de vida que llevan: «Visten con ropas y zapatillas de marcas conocidas, tienen teléfonos de última generación y se mueven en bicicletas muy buenas».

El cabecilla de este grupo de okupas asegura que él y sus compañeros de edificio no roban. Explica que se levantan, van a desayunar a alguna asociación benéfica y, a continuación, se dedican a hacer deporte. Comenta que les gusta «jugar al baloncesto, al fútbol, correr, andar en bicicleta...», y hasta ir al gimnasio.

Pero a pesar de este tipo de vida que llevan, reconoce que ninguno de los cinco que okupan el inmueble número 20 de la calle Doctor Fleming tiene trabajo. «Y, entonces, ¿cómo logran subsistir así de bien?», se pregunta Jaime Suárez . El cabecilla de este grupo de okupas contesta que todo lo que tienen procede de las asociaciones benéficas.

Reunión con la alcaldesa

Esta respuesta no convence a Suárez, quien manifiesta que los movimientos de estas cinco personas, dos de ellos hermanos y todos de nacionalidad argelina, les «intranquilizan e inquietan». Por ello, aprovechará la reunión que la asociación mantendrá con la alcaldesa, Inés Rey, para tratar el problema de los okupas y que así «trate de conocer quiénes son estos individuos y a qué se dedican», subraya.

El PP insta a Inés Rey y a Javier Losada a actuar de inmediato en A Falperra y Palavea para evitar el efecto llamada a otros barrios de la ciudad.

Los propietarios del edificio okupado en A Falperra, a la espera de su desalojo

Presentaron un requerimiento urgente para que se cumpla la sentencia de desalojo que pesa sobre el edificio del número 19 de la calle Doctor Fleming

F. Molezún / T. Rivas

Los propietarios de los inmuebles okupados en el número 19 y 20 de la calle Doctor Fleming, en el barrio de A Falperra, están a la espera de que se desaloje el primero de ellos, el más problemático, según los vecinos. Según el abogado que los representa, cuando los propietarios se enteraron en enero de la okupación de los dos edificios pusieron en marcha dos querellas, una para cada uno de los inmuebles, para que se procediese a su desalojo.

Una de ellas, la relativa al número 19 de la calle Doctor Fleming, recayó en un juzgado que ya se pronunció y emitió una sentencia de desalojo. Sin embargo, continúan esperando a que se ejecute para así poder recuperar la propiedad. Para tratar de agilizar la ejecución, presentaron hace unos días un requerimiento urgente en el que además aportaron todas la noticias de los últimos días sobre el problema de inseguridad que se había creado en el barrio por culpa de los okupas, a los que los vecinos achacan multitud de robos, por lo que esperan que se proceda a ese desalojo «cuanto antes». 

En cuanto consigan que se ejecute el desalojo, los propietarios tienen previsto tapiar los accesos al edificio para evitar que vuelva a ser okupado por los mismos o distintos moradores e incluso estudian la colocación de cámaras y sistemas de seguridad que alerten a la policía en caso de que se produzca un nuevo allanamiento.

Los vecinos y comerciantes de la zona se muestran optimistas sobre que esa ejecución de la sentencia de desalojo se produzca de manera inminente.

A pesar de que las querellas de ambos inmuebles se presentaron de manera simultánea, la que solicitaba el desalojo del número 20 todavía no tiene fecha de juicio.