El acusado de degollar a su mujer en la calle Estrella de A Coruña: «Me temblaba todo y agarré el cuchillo con las dos manos»

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Imagen de este martes del acusado, Ramón Saiz, con su abogado.
Imagen de este martes del acusado, Ramón Saiz, con su abogado. Cabalar | EFE

Ramón Saiz insiste en que solo ayudó a la víctima, Judith Martín Alves, a hacer «lo que ella quería» y que incluso fue ella la que eligió el cuchillo con el que le sesgó la yugular

14 oct 2020 . Actualizado a las 16:24 h.

Ramón Saiz González relató esta mañana en la Sala Segunda de la Audiencia Provincial lo que ocurrió el 18 de julio del 2018 en el domicilio familiar de la coruñesa calle Estrella. En respuesta a las preguntas del Ministerio Fiscal y del abogado defensor, el letrado Ramón Sierra, aseguró que fue la víctima, Judith Martín Alves, quien hizo todos los preparativos para su muerte y que ella misma eligió el cuchillo que le sesgó la yugular. De forma pormenorizada, explicó que se ducharon, desayunaron, él se fue a comprar el periódico y tomarse un par de cervezas y, después volvió a casa y comieron ensaladilla rusa que ella había cocinado el día anterior, con vino y cerveza. Fumaron unos cigarros, Ramón se puso un par de whiskis y Judith se fue a la habitación.

Ramón explicó que ella ya lo estaba esperando sentada en la cama, que había un plástico sobre el colchón y que el cuchillo estaba allí. También que, desde primera hora de la mañana, ya lo estuvo apremiando para que Ramón ejecutara lo que habían pactado: «"Prefiero ir ya y no esperar a lo tonto", me decía». Cuando los dos estaban sentados en la cama, tuvieron unos momentos de charla, por lo que, según Ramón, «ella no estaba sedada» por la medicación que tenía que tomar. «Ella se hizo así con el cuchillo en el cuello [haciendo el amago de cortar]. Y yo le pregunté pero qué hacía... "Pues ayúdame tú de una puta vez, joder, cariño”», relató Ramón sobre los momentos previos a la degollación.

«”Venga, que me estoy quedando dormida y me quiero ir ya sí o sí", me decía». «Así que cogí yo el cuchillo, me puse delante de ella y dobló el cuello. Ella me decía "¡venga, joder!" Y yo le decía que no sabía si lo podría hacer... Pero me temblaba todo y agarré el cuchillo con la otra mano». Ramón dio a entender que Judith le puso su mano sobre las suyas y que empujó con él la empuñadura. Sobre este punto, el acusado fue más detallista en respuesta a su abogado defensor: «Ella me cogió el antebrazo y me guió. El cuchillo fue solo. Dijo que me quería». La Fiscalía le preguntó si movió a su mujer después de matarla, y Ramón contestó que no, que solo vio «un chorretón de sangre» y que se fue de casa, se tomó un par de cervezas por la zona de María Pita y llamó a una de sus hermanas para contarle lo sucedido. Después él mismo volvió a coger el teléfono para llamar al 112.