La policía insiste en que los clientes del pub del Orzán denuncien a su dueño

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

La jueza dio orden de entrada al temer que los presentes estaban retenidos contra su voluntad

07 oct 2020 . Actualizado a las 13:05 h.

La policía se presentó a las puertas de La Tremenda, en la calle Socorro, a las 4 de la madrugada del sábado porque una patrulla había sido avisada de que allí dentro se iba contra la ley. Dos horas después, aporreando la puerta sin parar y tras constatar que hay gente dentro que quería salir y no los dejaban, el jefe del operativo no tuvo más opción que llamar al Juzgado de Guardia, según el atestado. La jueza dio orden inmediata de entrar como fuera ante la posibilidad de que hubiese personas que estuvieran retenidas contra su voluntad.

Para llegar hasta ahí, pasaron muchas cosas. Cuando los agentes de un coche patrulla se dirigían al negocio, se encontraron con un joven que los alertó de que una amiga estaba en el interior y no la dejaban salir. Los agentes se cansaron de aporrear la puerta sin obtener respuesta. El inspector llamó a la chica que había pedido auxilio a través de un wasap y esta le ratificó que quería irse a casa y el dueño no la dejaba. Como los golpes en la puerta no servían de nada y «todo hacía indicar que el propietario no quería que nadie saliese para no ser descubierto", fue cuando el jefe del operativo llamó al Juzgado de Guardia. Había 20 personas dentro, que fueron identificadas. Al dueño lo denunciaron por exceso de horario, por impedir la inspección de un local público para comprobar el cumplimiento de las medidas sanitarias y por tener una cámara enfocando a la calle sin permiso.

Además, los agentes invitaron a los clientes -algunos de ellos reconocieron que no los dejaban salir- a poner una denuncia contra el propietario. En un principio, todos dijeron que no lo iban a hacer. La policía insiste ahora en que lo hagan.

La Tremenda es un local de hostelería de la calle Socorro que este fin de semana volvió a salir en el periódico por nada bueno. Funciona con licencia de cafetería pero la asociación de vecinos Ensenada del Orzán y quienes lo frecuentan dicen que es un after. Abría de madrugada y cerraba más allá del mediodía.

Este negocio, una semana antes de que se suspendiese el ocio nocturno, el 14 de agosto, ya tuvo problemas con la ley. La Policía Local tuvo que desalojar a los clientes por incumplir las medidas de seguridad y salud decretadas por las autoridades sanitarias. Los que allí se encontraban, según el atestado, no mantenían las distancias de seguridad ni usaban mascarillas. Además, el local carecía de licencia para reproducir música y permitir bailar en el interior, aparte de carecer de control de acceso. Además de las tres denuncias impuestas al responsable del establecimiento, la policía se incautó de un cuchillo y drogas a dos clientes.

«Me prometieron mil veces que no te iban a multar por estar dentro»

La policía tiene en su poder los pantallazos del móvil en los que aparece la conversación entre una joven que estaba en el interior y su amigo, el chico que puso sobre aviso al 092. Este la intenta tranquilizar. Le dice: «Me prometieron mil veces que no te van a multar por estar dentro». Pero ella le insiste en que se quiere ir a casa y no la dejan salir. Él le dice que no se preocupe, que está fuera esperándola. La joven vuelve a insistir: «No me dejan. Quiero irme a mi casa. Sabes como soy y no quiero problemas». Más tarde sería el jefe del operativo policial el que se pondría en contacto con la chica, constatando que se encontraba retenida. Fue ella, además, la que notificó el número de personas que había en el interior. Ya en la calle, se entrevistó con la policía.

Otros cuatro establecimientos fueron sancionados por incumplir las normas anticovid

Un día después de que se impusiera el confinamiento, en marzo, ya hubo un hostelero que incumplió las normas. Una patrulla circulaba por Pascual Veiga cuando los agentes pudieron comprobar que, efectivamente, el local mantenía su actividad de manera ordinaria. En el interior localizaron al responsable del establecimiento y a una camarera. Ambos alegaron que no estaban ofreciendo su servicio al público, sino que estaban limpiando y organizando la cafetería. Ante la situación, los policías les informaron de la prohibición de actividad.

Después de alertar de lo ocurrido al jefe de turno, y de las sospechas de incumplimiento de la medida, se ordenó que una patrulla realizase una vigilancia en la zona para comprobar si el local seguía abierto. A las 20.04 horas, el 092 recibió una alerta vecinal indicando de que la cafetería seguía abierta y con clientes en su interior. Por ese motivo, y tras comprobar los agentes que efectivamente el local continuaba incumpliendo las normas, se procedió a emitir una denuncia «desobediencia a las prohibiciones decretadas por la autoridad competente, ordenándole el cierre y desalojo inmediato del local».

El 12 de julio, la Policía Local denunció a un bar, ubicado en la avenida de la Marina, por incumplir las medidas preventivas de contagios. El motivo fue que se superaban los dos tercios del aforo. Aparte de La Tremenda, los agentes municipales tuvieron que acudir a otros dos establecimientos por superar el aforo y tener a clientes sin mascarilla.