Antonio Aba Garrote: «A Coruña es más de Chanel que de Dior o Yves Saint Laurent»

A CORUÑA CIUDAD

ANTONIO ABA GARROTE, 
GERENTE DE LAS PERFUMERIAS GARROTE.
ANTONIO ABA GARROTE, GERENTE DE LAS PERFUMERIAS GARROTE. CESAR QUIAN

El dueño de la cadena de perfumerías, fundada en 1960 y que da empleo a 36 personas, explica los cambios en el cuidado derivados de las mascarillas y habla de su marca, inspirada en los magnolios y camelias de Méndez Núñez

04 oct 2020 . Actualizado a las 11:54 h.

La empresa de la que es administrador único cumple 60 años. Desde que su familia abrió en 1960 el primer establecimiento en la calle Fonseca pasaron muchas cosas, pero nunca habíamos sufrido una pandemia. «Por culpa de la mascarilla no se vende una barra de labios. En cambio sí que aumentaron las ventas de productos de ojos. Sombras, máscaras y también maquillaje para dar color a la frente. También despachamos más productos balsámicos para tratar la sequedad en la cara. Producimos geles hidroalcohólicos que suponen un renglón más en la facturación, aunque esperemos que sea un producto efímero», asegura Antonio Aba Garrote. Está al frente de una empresa con 11 tiendas que da empleo a 36 personas, la mayoría en A Coruña. «Aquí tenemos ocho, y otras tres en Carballo, Santiago y Cee. A nivel nacional el consumo en perfumería cayó en torno a un 40 %. La gente, como es lógico, se centra en adquirir productos de primera necesidad», analiza. A pesar de la delicada situación, se le ve esperanzado. «Mi madre (Carmiña Garrote, de 81 años) me enseñó que hay que enfrentarse con ilusión al día a día. Siempre fue una mujer con un gran espíritu comercial, que siempre insistió en los detalles, en conocer los nuevos gustos de la gente. Mi padre siempre fue más el organizador de la trastienda. Intento aunar las virtudes de los dos, pero con poco acierto», apunta sonriente. 

Tratamientos faciales

Charlamos en la terraza de La Postre, en Santa Catalina. Su dueño, Rubén Romero, nos invita a los cafés y a una tarta de almendra deliciosa. «Se está acelerando la venta de productos naturales. Nosotros tenemos nuestra propia marca, Canotier, que fabricamos en Galicia y refleja un espíritu muy coruñés. Nos inspiramos en los magnolios y las camelias de los jardines de Méndez Núñez, y en las algas de nuestras rías. Son productos naturales y perfumísticos. Lo denominamos fitocosmética atlántica. Galicia tiene un potencial tremendo por su unión con la naturaleza y los aromas. Las melisas, las mentas... Hay un mundo por explotar y nosotros lo vamos a hacer. Hoy mismo recibimos un pedido de casi 800 unidades desde Valencia. Estamos contentos porque no vamos desencaminados. Somos líderes en tratamientos faciales. La gente busca fiabilidad y consejos reales. Si todos ofrecemos los mismos productos, lo que nos diferencia es la capacidad de recomendar lo ideal para una persona determinada», relata Antonio. Le pregunto por los gustos de los coruñeses y lo tiene claro. «A Coruña huele a Chanel número 5. El coruñés no se deja llevar por modas pasajeras y va a lo seguro. Es muy de Chanel, más que de Dior o de Yves Saint Laurent», apunta el experto. 

De O Portiño al dique

Se declara «un caminante empedernido. Voy de O Portiño al dique de Abrigo. El paseo marítimo es la obra más amortizada de la ciudad. Yo todavía recuerdo el mal olor del matadero», rememora un entendido en perfumes. Tiene 57 años, es exalumno del Santa María del Mar y padre de tres hijos de 22, 21 y 17 años. «Soy economista. Me gusta gestionar cosas. Pero me encanta la gestión directa y rechacé trabajar en alguna compañía por ese motivo. Prefiero el contacto con los empleados e ir viendo si se cumplen los objetivos. Tengo una visión romántica de la empresa. Nunca pedimos subvenciones ni tenemos detrás un fondo de inversión que nos capitalice nada», destaca. Su tiempo libre lo dedica a pasear, a saludar a los coruñeses con los que se encuentra y a disfrutar con los amigos. «Somos una pandilla que intentamos hablar de nosotros y no de nuestros hijos», confiesa. Es un apasionado de los pescados y mariscos y su plato favorito es el bacalao al pilpil. Lo dice sin dudar un solo segundo. «Soy de mar y todavía hay buenos locales por la ciudad». Asegura que se cuida y que utiliza a diario los productos que vende en sus perfumerías. «Notamos que el hombre busca productos de muy alta gama. Hacen falta más cosméticos masculinos», comenta Antonio, que da continuidad a una de las tiendas históricas de esta ciudad que huele a Chanel.