«Es muy duro a estas alturas pedir cada día que se pongan la mascarilla»

DAVID GARCÍA A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

ANGEL MANSO

Resignación en la hostelería de A Coruña por un paso atrás que algunos ya esperaban

10 ago 2020 . Actualizado a las 17:22 h.

La hostelería coruñesa asumió con resignación el paso atrás que sufrieron con las restricciones impuestas por Sanidade. La limitación de aforos al 50 %, la imposibilidad de servir en barra y cierres a la una de la madrugada marcan las nuevas pautas.

«Es un retroceso, pero estaba claro. Esto se veía venir y pienso que va a ir a más», asegura José Manuel Souto, de la cafetería-restaurante El Cigarral. En su caso, esta visión se apoya en que durante las últimas semanas observó que «falta mucho sentido común», dice sobre clientes que todavía van sin protector facial: «Es muy duro a estas alturas pedir cada día que se pongan la mascarilla». En este local de la plaza de Tabacos se vieron obligados a reducir el número de mesas disponibles, mientras que el cierre de barras no les afectó ya que no la habían llegado a reabrir.

Los establecimientos se adaptaron sin resistencia a las nuevas normas e intentando aprovechar al máximo la buena jornada con los medios limitados que les permiten usar. José Manuel Souto destaca que ya el viernes por la noche se notó el «bajón» que ayer se confirmó y que considera que tiene visos de permanecer. «Supongo que esta será la tónica en invierno, días que se trabaja y otros que no, muy inestable». El futuro de los empleados es otro de los asuntos que preocupa en la hostelería. «Volverán a los ERTE mientras existan», aventura Souto.

Momento delicado

El paso atrás ordenado por Sanidade se produce en un momento delicado para los hosteleros en un año nefasto. «Nos estábamos recuperando lentamente y ahora que viene agosto, que es el mes top y podía salvar los muebles, llega este paso atrás», destaca José Antonio Álvarez, dueño del restaurante Celeiro.

Para este mes contaba con una previsión de obtener unos ingresos de un «60 o 70 %» en comparación con el año pasado, que «había sido muy bueno».

«Era un agosto de no mucha gente y ahora que vamos a tener menos sitio, pues habrá menos clientes todavía», analiza el vicepresidente de la Asociación de Hostelería Álvaro Cunqueiro, quien tuvo que retirar ocho mesas de su establecimiento y quedarse con capacidad para cerca de medio centenar de personas. A pesar del efecto negativo que las restricciones tendrán sobre su restaurante y otros, cree que el problema va a ser «sobre todo para la gente de la noche», en referencia al ocio nocturno.

Vanesa Docampo: «Es mejor esto que un cierre total, pero hay muchas dudas por el personal»

Vanesa Docampo, al frente de la cafetería Galicia Gaiteira, sede del homónimo club de fútbol aficionado, se vio obligada ayer a imponer limitaciones en su local como el resto del sector.

«Es mejor esto que un cierre total, pero hay muchas dudas por el personal», destaca sobre las dos vertientes que extrae de la nueva situación. En la parte negativa, la «inseguridad» acerca del futuro de los trabajadores, el funcionamiento de los ERTE y las ayudas a las que pueden optar.

Con este panorama, Vanesa espera que «el retroceso no se prolongue porque si reducimos más, bajamos la persiana», y destaca que se trata de un «verano atípico».