El carril 30 de Juan Flórez mejora el tráfico, pero no elimina los problemas

david garcía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

PAULA QUIROGA

La doble fila y la convivencia con bicis y patinetes marcan las dificultades

08 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El carril 30 de Juan Flórez se implantó hace dos meses con el objetivo de calmar el tráfico en esta céntrica calle y aportar un espacio preferente para la circulación de bicicletas, patinetes y transporte público, mientras que los vehículos privados pueden utilizarlo siempre que no superen los 30 kilómetros dos hora. Tras este período de adaptación, se perfilan algunas conclusiones sobre la doble fila, la eficacia del carril, la convivencia entre diversos medios de transporte y la pacificación del tráfico.

Ayuntamiento

Buenos resultados a la espera de septiembre. El gobierno local considera que el resultado de esta iniciativa es «altamente positivo» tanto para el funcionamiento del autobús urbano como de motos, bicicletas y Vehículos de Movilidad Personal. A pesar de ello, explican que es necesario esperar a septiembre, cuando se «reinicie la actividad laboral y escolar», para hacer una «mayor valoración». Además, destacan que entre este carril y las cámaras de vigilancia, se «está evitando la doble fila, que era habitual», y ante un incremento de los incumplimientos se «intensificaría el control del tráfico».

Compañía de tranvías

Riesgo en la convivencia con bicicletas y patinetes. Los autobuses urbanos conforman uno de los colectivos que se están adaptando a este nuevo carril, en el que encuentran aspectos positivos y negativos. Uno de los asuntos críticos es la convivencia con bicicletas y patinetes. Alberto Couselo, presidente del comité de empresa de Tranvías, califica de «peligrosa» la coexistencia porque son vehículos «muy ágiles» y difíciles de percibir. Además de esto, otro de los inconvenientes que encuentran es que el carril es «demasiado estrecho» para los buses, lo que les obliga a invadir el central. A ello hay que sumarle la doble fila, que se concentra en el tramo entre los cruces con las calles Ferrol y Sinfónica de Galicia: «Hay una diferencia clarísima en cuestión de metros». Para ellos, la solución ideal sería «un carril bus de ida y otro de vuelta», pero reconocen que «todos tenemos que convivir».

Taxistas

Influencia positiva sobre la doble fila. Manuel Sánchez Quindimil, presidente de Tele Taxi, destaca que, con la vigilancia y el carril 30, «no hay tanta doble fila» y que la gente «no deja el coche en cualquier lado como antes». Aunque cree que todavía se está en un «período de adaptación» y que los negocios «no están funcionando a pleno rendimiento», reconoce que hay «menos tráfico». En una línea similar a los autobuses, destaca que la convivencia con bicicletas y patinetes hace que el carril sea «algo inseguro», pero apunta a la necesidad de colaborar entre «todas las partes» para que esta situación mejore».

 

Comerciantes

No supone una mejora para sus intereses. La Asociación de Empresarios del Distrito Picasso es la más crítica con esta iniciativa de Juan Flórez y consideran que «no está funcionando», según asegura su presidenta, Belén Chaver. Los comerciantes entienden que por esta vía «no hay muchas bicicletas» y se muestran contrarios a las iniciativas municipales dirigidas a la eliminación de plazas de aparcamiento. «Hay que mantenerlas», destaca Chaver, quien apunta que «hay que dar oportunidades a los negocios» y muestra su rechazo a otras propuestas que se manejaron en el pasado como implantar un carril bus en cada dirección en esta vía: «Sería la puntilla para el comercio».

Ciclistas

No se respeta el límite de 30 kilómetros por hora. Uno de los objetivos de reducir la velocidad en este carril con respecto a los otros dos, que mantienen el máximo en 50 kilómetros por hora, era facilitar la convivencia con vehículos como las bicicletas, pero esto no se está cumpliendo. «No se está respetando», asegura Fran García, del colectivo Mobi-Liza, quien defiende que se extienda esta limitación al resto de carriles. El problema que ven es que «las señales en el suelo no se respetan mucho» y por ello propone como solución que se «impongan multas» o instalar «badenes». El colectivo defiende que es un «paso adelante» pero apunta que todavía tienen que enfrentarse a la doble fila, un «mal endémico que algo ha mejorado».