Marcelo Oitavén: «Un dos hándicaps que ten este traballo é que non pasa nada ata que ocorre»

Lucía cancela / r.d. A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

PAULA QUIROGA

Con 18 años, obtuvo una de las primeras titulaciones de Salvamento e Socorrismo en Galicia. Este verano está en Miño

19 jul 2020 . Actualizado a las 22:48 h.

Marcelo Oitavén obtuvo, con 18 años, una de las primeras titulaciones que estaban acreditadas por la Federación de Salvamento e Socorrismo (Fesga) en Galicia. Ahora, es supervisor del equipo de profesionales que velan por la seguridad de los bañistas en Miño y su labor es indispensable en el puesto de socorro.

Sin embargo, Marcelo no pudo ejercer de manera continuada, pues «por desgraza o salvamento non é un traballo que che permita dedicarte plenamente a el», ya que la estacionalidad «é un dos grandes problemas que ten este oficio».

Es socorrista por vocación, porque para él «este traballo tenche que gustar», y no lo define como una forma de obtener dinero extra en verano. «Eu vexo no socorrismo unha profesión de verdade e seria» que, con el paso de los años, le hizo darse cuenta de que «máis alá de contemplar a paisaxe, hai partes máis duras e desagradables como ter que realizar unha asistencia médica».

Marcelo también es instructor de las nuevas generaciones y a todas les recuerda que «un dos hándicaps que ten este traballo é que non pasa nada ata que ocorre». Para el profesional «todos somos unha piña, na que se algún se despista, podemos ter unha desgraza», sentencia.

No obstante, reconoce que los momentos amargos no son abundantes. El socorrista, incluso, tiene tiempo para rememorar alguna anécdota y bromear con los bañistas. Una de las lesiones más leves y comunes es la picadura de faneca. Oitavén cuenta que «cando os nenos e nenas pequenas veñen chorando pola dor, algunha vez lles teño dito: ‘Ao mellor temos que amputar o pé, pinta mal'». Habitualmente todos reaccionan bien, pero, a veces, «están tan angustiados que unha rapaza ata contestou: ‘Vale, no pasa nada, pero corta ya'» recuerda entre risas.