En la primera jornada en la que su uso es obligatorio, los coruñeses que caminaban con la cara destapada eran minoría
19 jul 2020 . Actualizado a las 20:41 h.Los coruñeses están respetando de forma generalizada la obligación de usar mascarilla, aunque siempre hay quien se resiste. Curioso fue ver a dos empleados de una empresa de servicios funerarios bajar del vehículo de la firma sin ella puesta. Pero en zonas como la calle Juan Flórez o el paseo marítimo lo extraño fue ver caras totalmente descubiertas la mañana del domingo.
Aún así, algunos siguen utilizando la mascarilla para cubrirse el mentón o, incluso, la frente, como un hombre en las inmediaciones de la plaza de Pontevedra. También dos varones, de edad que ya se engloba en grupo de riesgo, charlaban en la coraza del Orzán sin mantener la distancia de seguridad y con la mascarilla en la barbilla. En zonas más espaciosas, como la plaza de la Palloza, muchos aprovechaban la amplitud para descansar un poco y respirar.
La utilización de la mascarilla sí que está siendo lo habitual para caminar por las calles y acceder a los locales de hostelería. Otra cosa es lo que ocurre una vez dentro y en las terrazas, ya que la mayoría parece seguir prefiriendo quitársela para charlar.