«Nos montamos el mejor verano en casa»

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Salir de acampada al jardín y hasta celebrar unos Juegos Olímpicos en el patio. Esta familia no necesita subirse a un avión para disfrutar de unas buenas vacaciones. Estos son sus trucos para pasárselo en grande sin salir de tu vivienda

11 jul 2020 . Actualizado a las 11:28 h.

De vacaciones… al jardín de casa. Porque este es un verano especial, esta familia de Mera, en A Coruña, se las arregló para convertir su casa de todos los días en su casa de vacaciones. Ideas no les faltan. Tanto que con los Juegos de Tokio aplazados hasta el 2021 y sin madrugones para ver los 100 metros lisos en directo, se montaron sus propios Juegos en el patio de casa: «Sacamos el arco para hacer tiro, y pusimos unas maderas en el patio para hacer equilibrio. Había diferentes pruebas, ¡fue muy divertido!». En casa tienen todo lo que necesitan: una cama elástica, una piscina, una mesa para sentarse a comer en familia y hasta un minihuerto con lechugas. Ellos son Bea Patiño y Pablo Reza, los padres de la familia, y Eva, Sara y Marta, las tres pequeñas de 10, 8 y 6 años. Y sus perritas Flor y Frida, que están encantadas de pasar tanto tiempo con sus dueños.

«Para nosotros pasar los dos meses de confinamiento ha sido, dentro de las circunstancias, fácil, al tener el jardín. Ahora seguimos manteniendo un cierto distanciamiento por precaución», explica Bea. Tanto Pablo como ella teletrabajaron durante el tiempo en el que no se podía salir a la calle. Para ellos pasar estos meses en casa y disfrutar ahora de las vacaciones en su hogar de todos los días «está siendo una oportunidad para crecer como familia». «Hemos visto en este tiempo lo que significa conciliar, pero nos hemos organizado y cada uno ha respetado sus espacios. Hemos ido rotando de forma natural y veo que las niñas han crecido mucho, han aprendido un montón», cuenta Bea.

Sus días de vacaciones se reparten entre poquito de playa por la mañana, cuando casi no hay gente, y largos días en el jardín y en la piscina (tienen una hinchable en el patio) con toda la familia. «Estás un poco como Mary Poppins, haciendo magia y buscando siempre qué hacer». Como, por ejemplo, organizar una acampada en el jardín.

«Tenemos una tienda grande y la sacamos y la montamos fuera de casa. Dormimos los cinco ahí y fue muy divertido. En vez de irnos a las Illas Ons, por ejemplo, como hubiésemos hecho en otro momento, desplegamos la tienda en el jardín. ¡Y las niñas se lo pasaron en grande!». «Antes siempre íbamos todos los veranos a Portugal, pero este año nos quedamos aquí. Haremos alguna escapada por Galicia, pero pasaremos el tiempo en casa», apunta la familia.

Bea reconoce que entre sus amigos tienen fama de montárselo bien. Ya están maquinando más actividades de verano en el jardín de su casa en Mera. «Este mes es el cumpleaños de Pablo. Siempre lo celebrábamos en las fiestas de Mera: hacíamos un pincho en el jardín y después bajábamos a los conciertos. Pero este año lo pasaremos aquí». También celebraron San Juan en casa: «Hicimos una fiesta en el jardín».

COMPARTIR LOS LIBROS

Bea sonríe y cuenta cómo este tiempo les sirvió para estar más con las niñas. Mientras la mediana cocina con Pablo y aprende a hacer arroz y pasta, la más pequeña se prueba looks y se hace vídeos: «Se prepara sus outfits y se graba diciendo ‘hola chicos'. Es muy simpática». «También Eva, la mayor, abrió un perfil de Instagram @Canidetodolibros en el que comparte los libros que van leyendo». Incluso compraron unos caballetes y se pusieron a pintar. «Hemos celebrado como nunca los días mundiales de… Me acuerdo que el día de la danza montamos un vídeo bailando todos los miembros de la familia. Y también este tiempo nos está sirviendo para desayunar juntos, comer juntos… Cosas que antes no podíamos hacer por el ritmo diario», recuerda Bea.

Estas vacaciones en casa también les están permitiendo establecer vínculos con los vecinos. «Hemos estado mucho más receptivos a socializar y conocer a las personas que viven alrededor». Eva y Sara saltan sobre la cama elástica para la foto. «Podemos hacer este salto».

Las hermanas se preparan para hacer casi el espagat en el aire. Las dos son gimnastas y están llenas de energía. Flor y Frida juegan y corren por el jardín. «Hemos aprovechado mucho el piso y el jardín», cuenta Bea.

De estos meses en casa, cree que lo más duro para las niñas es no poder ver a sus abuelos. «Esa ruptura emocional fue lo más difícil de asimilar». Ahora ya los pueden visitar, pero como en sus vacaciones, siguen manteniendo todas las medidas de seguridad posibles. Mientras, siguen planificando más actividades en su pequeño jardín, su parque de atracciones.