«No me imaginé que el día de San Xoán pudiese andar por la playa descalza»

A CORUÑA CIUDAD

La pulcritud en los arenales vuelve a abrir el debate sobre la idoneidad de hacer las hogueras en ellos

24 jun 2020 . Actualizado a las 20:16 h.

A Coruña amaneció en un San Xoán, limpio, silencioso y sin incidencias. Llamaba la atención la pulcritud de las playas, de todos los arenales, desde Riazor hasta Oza.

Y es que mientras que en el 2018 se recogieron de los arenales 117 toneladas de residuos y el año pasado las cuadrillas de limpieza retiraron más de 93.000 kilos de desperdicios, este año solamente fue preciso que pasase la maquina para cribar la arena porque no había ni un kilo de residuos al no permitirse hacer las hogueras en las playas.

Por eso, desde muy temprano la gente pudo pasear por los arenales, incluso descalza. «No me imaginé que el día de San Xoán pudiese andar descalza por la arena», contó Rosalía, una vecina. Recordó que hacía años que esto no sucedía, «creo que desde que era una moza, y ya tengo mis años», subrayó.

En la mañana de ayer tampoco había aglomeración de ambulancias, coches de policía ni los trabajadores de la empresa concesionaria de la limpieza soplando todo tipo de basura que en años pasados se acumulaba en el paseo marítimo.

Por ello, se podía correr por el nuevo carril runner y por otras áreas del paseo «sin ningún tipo de problema», manifestó Ángel Luis, que se prepara todos los días para correr maratones.

Juan y Lucía iniciaron, sobre las 7.30 horas, su ejercicio físico diario. Mientras se preparaban a la altura de la coraza, miraban sorprendidos la limpieza de las playas y del circuito. «El día de San Xoán era el único, o uno de los únicos del año que no podíamos salir a correr. Te ahogabas con el humo y la basura y sobre todo los cristales rotos y las tablas con clavos que había en el paseo se te clavaban en las zapatillas», dijeron.

Otro dato, otra cifra que se esperaba con expectación después de la noche de San Xoán era el registro de las incidencias, sobre todo médicas: quemaduras, contusiones, comas etílicos. El año pasado, por ejemplo, se contabilizaron 176 problemas, aunque la mayoría fueron leves, «pero siempre había miedo a que ocurriese algo grave», dijeron varios viandantes, como sucedió en el 2011 con la muerte por ahogamiento de un argelino y de un brasileño al caer en una hoguera de Labañou.

Y la pregunta es si se prefiere la situación global, en playas y barrios, de ayer o la de los años anteriores. El debate está abierto.

«No es cuestión de anular la fiesta de San Xoán, forma parte de nuestra cultura, pero hay que concienciar a la gente de que los festejos no son actos vandálicos», contó Sofía, que paseaba por la zona de Riazor. «Tenemos que mantener nuestras tradiciones, forman parte de nuestra historia, pero con sentidiño», explica Serafín, un señor que hacía años «no podía bajar a pasear por el paseo marítimo un día como hoy [por ayer]», subrayó.

Luis y María José son jóvenes y de los habituales de la playa en San Xoán, «pero somos conscientes de que los comportamientos dejan mucho que desear. Se puede y se debe celebrar la fiesta en los arenales, pero los participantes debemos adoptar medidas más civilizadas», subrayó la pareja.