Aparato digestivo, endoscopia y covid

Pedro Alonso TRIBUNA

A CORUÑA CIUDAD

María Pedreda

29 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Bueno, doctor, ¿y con esto del covid, cuándo puedo hacerme la colonoscopia?». Esta es una pregunta que nos hacen nuestros pacientes, nuestros familiares y hasta nuestros vecinos y conocidos. Y no tiene respuesta fácil.

La pandemia provocada por el virus SARS-CoV2 ha sacudido desde la salud e integridad de nuestras familias hasta la capacidad real de nuestros sistemas sanitarios, y en definitiva, a nuestra sociedad en su conjunto. En este contexto, los especialistas en aparato digestivo y endoscopia, como el resto de médicos de otras especialidades, estamos aprendiendo a marchas forzadas. Sabemos, ya, sin ninguna duda, que el virus se encuentra no solo en la faringe y vías respiratorias, sino también en el aparato digestivo, habiendo sido aislado en el estómago, colon y en las heces de los pacientes. Uno de cada 4 pacientes presenta diarrea y uno de cada 3 presenta algún síntoma digestivo. La transmisión por esta vía es una posibilidad muy a considerar. Por otra parte, cuando se realizan endoscopias por vía oral -gastroscopias y otras- se pueden generar los ya conocidos y temidos aerosoles, con sus microscópicas gotas posibles portadoras de virus.

Las endoscopias digestivas son procedimientos que, a pesar de ser invasivos, su uso se ha generalizado -a veces hasta banalizarlos- dada su elevada eficacia diagnóstica, terapéutica y en caso de la colonoscopia, la probada capacidad para disminuir la mortalidad por cáncer de colon y recto, el cáncer más frecuente en España y en países de nuestro entorno. Por eso no es de extrañar que nos hagan la pregunta inicial. Y hay muchos factores que deben tenerse en cuenta para responderla: factores como el motivo para realizar la endoscopia -la indicación-; la situación epidémica que influye en la capacidad de realizar cirugías -y por consiguiente, utilizar camas de reanimación- en caso de diagnósticos o complicaciones endoscópicas; o la necesidad de proteger frente al covid a los pacientes y al personal sanitario.

La realización de las endoscopias ha seguido un curso paralelo a la famosa curva de la pandemia: en la fase de ascenso, la imaginaria balanza que mide el riesgo y el beneficio, aconsejaba realizar solamente las endoscopias consideradas urgentes. Durante esas semanas, los servicios de digestivo de todo el país, también el nuestro del área de A Coruña-Cee, nos paramos a revisar las indicaciones de las endoscopias demoradas, para priorizar aquellas que no deberían esperar una vez superada esa fase inicial. Esta fase actual, la de desescalada, es especialmente compleja porque la capacidad que tenemos para realizar las exploraciones es muy inferior a la que teníamos antes de la pandemia. Es fácilmente comprensible por la necesaria utilización de elementos de protección -los ya populares EPI- y protocolos de desinfección de espacios y materiales, así como la exigencia de evitar el acúmulo de pacientes/acompañantes en espacios comunes como las salas de espera y recuperación. En esta fase estamos realizando las endoscopias que juzgamos que no deben demorarse más porque en la balanza a la que me refería, pesa más el platillo del beneficio de hacer la endoscopia que el del riesgo del contagio.

Todos estamos deseando llegar a una nueva fase, en la que podamos decir, con todas las cautelas, que hemos superado esta primera ola epidémica. Estaremos mejor preparados para las siguientes. En esa futura fase, cuando echemos la vista atrás, nos encontraremos un doloroso reguero de sufrimiento y pérdidas. Y cuando miremos hacia delante nos encontraremos con el reto de afrontar la situación en la que han quedado muchos de los servicios de nuestro sistema sanitario, incluidos los que no estábamos en la primera línea, pero que hemos sufrido las consecuencias de diversas formas, también en el aumento de nuestras listas de espera. En esa fase futura espero que la ciudadanía no se olvide de seguir dedicándonos simbólicamente ese aplauso de las 8 de la tarde y espero que las autoridades sanitarias pongan a nuestra disposición los medios que sin duda precisaremos para retornar a una cierta normalidad. Estoy seguro de que los que trabajamos en sanidad tendremos motivos sobrados para aplaudir, por su comprensión y en reciprocidad, a nuestros pacientes y sus familias.

Ojalá.