Nuevos robos en negocios de las galerías de Ramón y Cajal desesperan a los comerciantes

Francisco Brea
Fran Brea LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

César Quian

En los últimos días, los ladrones entraron en una jamonería y en una tienda de abalorios

29 abr 2020 . Actualizado a las 16:16 h.

Los negocios instalados en las galerías de Ramón y Cajal están sufriendo una oleada de robos desde que empezó el estado de alarma. El día 27 de marzo, los ladrones intentaron entrar en una jamonería y no lo consiguieron ya que la cerradura está reforzara, pero sí que accedieron a una barbería de la que se llevaron la caja registradora y máquinas para cortar el pelo. A mediados de abril, los cacos entraron en la pescadería Ana y en los últimos días volvieron dos veces. La madrugada del jueves sí que consiguieron entrar en la jamonería y esta madrugada robaron en el establecimiento Abalorios Mayte.

Francisco José Castro Santé es el presidente de la comunidad de bajos comerciales de las galerías de Ramón y Cajal y el propietario de la jamonería. «Estamos todos tensos. Hay muchos robos», comenta. De hecho, afirma que «contacté con una agencia de seguridad que va a venir para presentar un presupuesto, porque esto va a seguir pasando».

Los ladrones entraron en la jamonería de Francisco José Castro y se llevaron productos y el cambio que guardaba en la caja registradora
Los ladrones entraron en la jamonería de Francisco José Castro y se llevaron productos y el cambio que guardaba en la caja registradora César Quian

En su caso, Castro explica que en la madrugada del jueves «la policía me avisó a las 3.00 y me dijeron que fuera cuando pudiera. Fue una vecina la que alertó del robo y cuando los agentes llegaron pudieron detener a uno de los ladrones. Los otros dos escaparon». El caco cargaba con cuatro jamones, chorizos y un queso y en el acceso a las galerías por la calle Novoa Santos apareció la caja registradora y una báscula: «En la caja tenía el cambio, porque el banco ahora no puede darlo para promover que la gente utilice la tarjeta». 

«Contacté con una agencia de seguridad que va a venir para presentar un presupuesto, porque esto va a seguir pasando»

La Policía Local «tenía detenido al ladrón por saltarse el confinamiento y la denuncia que presenté es un agravante que servirá para que vaya a prisión. Llevaban tiempo detrás de él y se suponen quienes son los otros dos». Francisco José Castro recuerda una mala experiencia que tuvo hace unos años, cuando le entraron a robar dos veces y le llevaron más de medio centenar de jamones ibéricos. Tanto en aquella ocasión como en esta, indica que «entran y te dejan todo sucio y revuelto».

En las galerías de Ramón y Cajal hay actualmente 13 negocios abiertos que se dedican a la alimentación, cuatro que están cerrados desde que se decretó el estado de alarma y otros tantos bajos en alquiler. Los que mantienen su actividad lo hacen funcionando a buen ritmo: «Se nos triplicó el trabajo. Viene mucha gente que no quiere ir al supermercado y son momentos difíciles. Cuando todo esto acabe voy a cerrar para estar en casa una semana».

Pero la situación actual y la oleada de robos pasarán factura. Castro indica que, por ejemplo, «el barbero al ver los destrozos en su local dijo que ya estaba pensando en retirarse».