Los coruñeses sí cumplen, aunque uno iba sin seguro

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Eduardo Pérez

La Policía Local paró a cientos de conductores en la tercera ronda, todos cumplían las normas, menos uno

25 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Una furgoneta de chatarra, con manchas de óxido tan grandes que casi parecía lógico que se transportarse a sí misma al desguace, fue el único vehículo multado en el control que la Policía Local desplegó ayer en la tercera ronda, en la zona de Marineda.

El bombardeo de las cifras de sanciones han convencido a muchos de que el confinamiento no se cumple. Pero en la calle saben que no es así. El inspector al mando, Jesús López Quintela, dice que «para ser el país de la picaresca, la mayoría de la gente cumple muy bien». El directo le da la razón. En la hora y pico que duró el control, iniciado poco después de las 15.30, en plena operación salida de los polígonos, los seis agentes pararon a cientos de conductores, y cumplían.

El control fue casi impermeable. Situados en los tres carriles, los policías pudieron comprobar todos los vehículos, y sus ocupantes tuvieron que explicar para qué habían cogido el coche. Pese a lo exhaustivo de la vigilancia, el tráfico apenas se interrumpió.

La mayoría de los conductores están tan acostumbrados que llevan el salvoconducto y el DNI en el salpicadero. Según se acercan los agentes, ya lo muestran, algunos pegándolo al cristal de la ventanilla. Los policías casi lo agradecen, al minimizar el contacto evitan ponerse en riesgo a sí mismos y a otros conductores. Otros muestran listas de la compra para el supermercado al que se dirigen, o incluso documentos judiciales que les habilitan para ir a visitar a sus hijos. Nadie protesta, la mayoría da las gracias.

«para ser el país de la picaresca, la mayoría de la gente cumple muy bien»

Algún toque de atención hay, como a un hombre que salió de trabajar e iba al supermercado «al que está acostumbrado», cuando hay uno de la misma cadena más cerca de su puesto de trabajo. Se llevó una advertencia.

En general, insiste Quintela, se trata de aplicar la normativa y «usar el sentido común». De lo contrario habría supermercados, como los de las grandes superficies, a los que hay que ir a posta, que se quedarían sin clientes y se perderían aún más empleos.

Los agentes son conscientes del impacto psicológico del confinamiento y del coste económico que va a tener. También de que si ellos no estuviesen, quizá habría más infractores. Pero la realidad es que «los ciudadanos están cumpliendo muy bien», insiste el mando. Esa es la norma, ha estado en otros cuatro controles y las infracciones por el confinamiento fueron mínimas. El máximo por ahora son tres.

Ayer, como se ha indicado, no hubo ninguna. Solo se sancionó al conductor de la destartalada furgoneta de transporte de chatarra. No lo multaron por romper el confinamiento, sino porque circulaba sin tener pasada la ITV y, lo que es más grave, sin tener el seguro en regla.