Inés Rey: «Buscaremos un pacto por la reactivación económica y social con todos los partidos»

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

«El Ayuntamiento no va a anunciar medidas que queden bien en un titular pero sean imposibles de ejecutar», afirma la alcaldesa de A Coruña

19 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La alcaldesa, Inés Rey, ha seguido al frente del Ayuntamiento en plena crisis del coronavirus, pero también está sufriendo los rigores del confinamiento, que la han obligado a separarse durante semanas de parte de su familia para evitar ponerlos en riesgo.

-Su gobierno no ha cumplido un año ¿cómo ha encajado la crisis?

-Es una situación nueva, a la que no se ha enfrentado ningún gobierno anterior. Estamos trabajando al 100 % y coordinados. Queremos dar una salida global a la crisis, conjunta para todos los sectores. Nuestros primeros esfuerzos fueron en respuesta a situaciones sociales que necesitaban una solución inmediata, de ahí el programa de voluntariado o la asistencia a mayores solos. Pero también dimos una respuesta administrativa fuerte en el plano tributario con la modificación del calendario fiscal, y en empleo, con una resolución diseñada para evitar los ERTE en las concesionarias y salvaguardar 2.300 puestos de trabajo.

-¿Y el Ayuntamiento?

-Ha seguido funcionando con teletrabajo, y el resultado se ve por ejemplo en el numero de licencias. Se han resuelto 108 trámites, más que en el mismo período del año pasado. Mantener la actividad es positivo para recuperar el pulso económico.

-¿Bastará con esas medidas ante la crisis que se avecina?

-Vamos resolviendo esas cuestiones, pero van a estar acompañadas de un plan, buscaremos un pacto por la reactivación económica y social consensuado con todos los partidos. Estamos trabajando conjuntamente, y los resultados están siendo positivos.

-¿Cómo será el plan?

-El Ayuntamiento tiene que saber cuánto va a dejar de ingresar, qué partidas no se podrán ejecutar y dónde van a estar las necesidades básicas. Va a ser precisa una inversión importante en materia social y en la reactivación económica, en pymes, hostelería, comercio o mercados, que lo están pasando mal. También el sector cultural está sufriendo. Lo importante es, recurriendo al lenguaje bélico, que haya el menor número de bajas posibles y que nadie cese su actividad.

-¿Le convendría a los políticos nacionales mirar a A Coruña?

-No les vendría mal. Aquí la oposición se puso a disposición del gobierno local desde el primer minuto, y están aportando ideas y son constructivos. Tengo que hacer un reconocimiento y agradecer su trabajo. Tenemos reuniones, dos veces a la semana, que son largas y en las que se estudian las cosas. Hemos sabido estar todos a la altura, porque no se trata de salvar al gobierno, se trata de salvar vidas. Los coruñeses pueden estar tranquilos porque se está primando su interés por encima de cuestiones estériles y del absurdo pim-pam-pum.

-Hay mucho temor por el futuro en la hostelería y el comercio.

-Hemos tomado medidas en el ámbito de nuestras competencias, como los cambios en el calendario fiscal o la supresión de la tasa de terrazas. Son sectores concretos que van a necesitar ayuda, pero se tienen que implicar otras Administraciones. Esta crisis pone de manifiesto una asignatura pendiente. Las entidades locales necesitan un contexto financiero que permita una provisión eficiente de servicios públicos. Es precisa una reforma del marco jurídico para que tengan más recursos financieros.

-Arteixo ha anunciado ayudas directas ¿contemplan esa vía?

-En A Coruña se van a adoptar medidas concretas para los sectores afectados. Estamos trabajando en ellas, pero necesitamos saber qué medidas van a tomar el Estado y la comunidad, y qué cantidades podemos invertir. El Ayuntamiento no va a anunciar medidas que queden muy bien en un titular pero sean imposibles de acometer. Hay tentación de compararnos con otros ayuntamientos, pero no es posible porque la dimensión no es la misma. A Coruña no es Arteixo, y las medidas no pueden ser las mismas. Vamos a ser escrupulosos para mantener la seguridad jurídica y no invadir competencias de otras Administraciones.

-¿Entiende que los directores planteen una alternativa a su plan para llevar los deberes a casa?

-Nuestro objetivo es ayudar a que nadie se quede atrás y todos los alumnos puedan continuar su educación, independientemente de los recursos disponibles en sus hogares. En esta situación, espero que todos estemos a la altura de las circunstancias.

-El Gobierno no ha decretado luto oficial. ¿Se hará aquí?

-Estamos centrados en la emergencia, pero se ha planteado un acto cívico para homenajear al personal sanitario, a las fuerzas de seguridad, a los trabajadores esenciales que no pudieron confinarse, a la ciudadanía en general, que ha tenido un comportamiento ejemplar. También a los niños, que afrontan el aislamiento y a los que se ha estigmatizado de forma injusta diciendo que son una fuente de contagio. Y por supuesto a las personas que han pasado esta enfermedad y a quienes no han podido superarla y a sus familiares. Para ellos ha sido durísimo. No poder despedirse ni acompañar a sus familiares en sus últimos momentos es algo terriblemente doloroso.

-¿Habrá pleno en mayo?

-Sí, es importante recuperar y mantener la normalidad en las instituciones. Hemos acordado que se celebre el día 14, porque quizá entonces el confinamiento sea menor. Si es posible se celebrará de forma presencial, con medidas de seguridad e higiene, y se ha previsto que quienes no puedan asistir lo hagan de forma telemática, por videoconferencia.

-Parece que no se usará el hospital de ExpoCoruña ¿aliviada?

-Sí. Estuvo muy bien que la Xunta se adelantara, pero por fortuna no habrá que utilizarlo. Es un éxito y un logro, porque todo el mundo recibió atención medica en una fase más temprana y la recuperación será más rápida.

-¿Ha comunicado algo el Gobierno sobre el fin del confinamiento?

-Por ahora nada, estamos a la espera. Cuando el Gobierno nos indique cuál es el plan podremos empezar a tomar medidas.

«Hay que ser responsables, no se trata de salvar al Gobierno, se trata de salvar vidas»

Rey no cree que en el Agra se incumpla más el confinamiento.

-El Agra tiene una densidad de población altísima. Hay mucha población mayor, que no puede hacer compras grandes, y muchos comercios de alimentación. Incluso guardando la distancia de seguridad podía dar la sensación de aglomeraciones. Creo que se cumplió como en otros barrios, y que no es justo estigmatizarlo.

-¿Hay trabajadores del Ayuntamiento contagiados?

-Hay trabajadores en cuarentena porque algún familiar dio positivo, pero, gracias a Dios, no hay que lamentar ningún caso grave.

-No se les han hecho test.

-No. Solo les han hecho test a los que han estado en contacto con personas contagiadas, por lo que no sabemos cuántos lo han pasado como asintomáticos. Hasta que no lleguen test fiables no sabremos cuántos lo han tenido y no podremos movernos en marcos de seguridad claros.

-Yoya Neira dijo que a principios de marzo ya estaban haciendo planes. ¿Esperaban algo así?

-Es verdad que a principios marzo tomamos conciencia del problema a raíz de los positivos en Feáns. Empezamos a tomar medidas, como el cierre y la desinfección del centro cívico, pero a partir del día 14 todo se aceleró con el estado de alarma. Se dieron instrucciones internas, se inició el teletrabajo y se cerraron espacios públicos. Admiro a todas las personas que sabían lo que iba a pasar, pero no fuimos capaces de prever la enorme dimensión que ha tomado la crisis y la extensión del confinamiento. Quizá había una falsa sensación de seguridad y de control. Se dijo que el virus era poco más que una gripe estacional, pero desafortunadamente ha pasado.

-¿Toca la critica al Gobierno?

-Se le puede hacer crítica al Gobierno, pero creo que no es el momento. ¿Se puede haber dado sensación de improvisación? Pues sí, porque la situación es nueva y se están tomando medidas que nunca se habían tomado. Pero no creo que ningún Gobierno, ni el central, ni los autonómicos o locales hayan tomado decisiones a mala fe. Hay un clima de crispación excesivo, una batalla política. Pero hay que ser responsables, porque ahora no se trata de salvar al Gobierno, se trata de salvar vidas.