Las notas no dejan de sonar en la Orquesta Sinfónica de Galicia

Francisco Brea
Fran Brea LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Los músicos estudian, practican, siguen dando clases y colaboran para luchar contra el coronavirus

17 abr 2020 . Actualizado a las 15:04 h.

A pesar de que no se puedan celebrar eventos como conciertos o actuaciones, eso no quiere decir que los músicos de la Orquesta Sinfónica de Galicia no sigan trabajando. Todos ellos prosiguen estudiando y preparando su vuelta a los escenarios. Y no solo eso, algunos también continúan actuando, enseñado e, incluso, poniendo su granito de arena para colaborar con los profesionales que siguen al pie del cañón durante este estado de alarma.

Un ejemplo de ello es Berthold Hamburger. Este violonchelista tiene en su casa una impresora 3D y forma parte de un grupo que en Galicia cuenta con más de 1.000 miembros que se dedica a construir viseras de protección en sus casas: «En una impresora doméstica, hacer una de estas piezas puede llevar una hora y media. La media es hacer sobre unas seis diarias».

En este colectivo no todos se dedican a fabricar las viseras, pero el músico estima que puede haber «entre 700 y 800 impresoras trabajando». Berthold vive con su mujer Deborah, violinista de la Sinfónica. Ambos siguen «estudiando y dando clases a través de Internet. Llevamos casi dos semanas impartiendo sesiones de acceso libre y pensadas para cualquier persona que lo necesite».

Conciertos diarios

David Villa es el oboe principal asistente y su pareja Olalla González es violonchelista. Viven en la calle Mera y todos los días a las 12.00 horas ofrecen dos conciertos a sus vecinos. El segundo, además, lo retransmiten en directo a través de las redes sociales: «El primero lo hacemos hacia el patio interior. La mayoría de los vecinos son personas mayores y se animan mucho. Se hace muy agradable. La otra actuación la damos hacia la calle».

Cada día tocan una pieza distinta y aceptan propuestas: «Seguimos estudiando y así nos mantenemos en forma». Los residentes de la zona están encantados: «Algunos no tienen contacto visual con nosotros pero sabemos que nos escuchan, porque lo publican en sus redes sociales aunque enfoquen al cielo. Tenemos un público fiel», comenta David.

Armado con su clarinete, Iván Marín utiliza su canal de Youtube «para unir a los músicos y a la gente en un momento en el que necesitamos unirnos más». También imparte clases a través de la Red, algo que no es nuevo para él ya que «era de los pocos de la orquesta que ya lo hacía antes». Además, en algunos de sus vídeos da consejos para «mantener fuerte el sistema inmune».

Para que sus alumnos puedan mantener el nivel, el violinista Gabriel Bussi decidió usar Internet con el fin de que sigan practicando: «La constancia es necesaria. Hago un híbrido entre grabarse y videollamada. Me mandan el vídeo, lo reviso y luego hablamos. Algunas madres me dicen que sus hijos se graban muchas veces y que están estudiando más que nunca».

Todo el personal de oficina está en casa

Los músicos son el máximo exponente de la Orquesta Sinfónica de Galicia, que cuenta con mucho personal de oficina que ahora desempeña su función desde casa. La entidad también está siendo muy activa en redes sociales para amenizar el confinamiento.