«Ahora camino ocho kilómetros diarios»

A CORUÑA CIUDAD

28 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Elena Caride tiene un pequeño jardín en su casa de A Coruña. Desde que empezó la cuarentena, hay un círculo en el que no crece la hierba: a fuerza de caminar todos los días sobre él 8 kilómetros, los pies de Elena han hecho un surco, una especie de sendero de ánimo, fuerza y esperanza. «Camino más ahora que antes de la cuarentena», confiesa. «¡Tengo agujetas y los pies destrozados!». Tanto que cambió las zapatillas de deporte por unas sandalias anatómicas con velcro de su hijo y unos calcetines gordos. «Empecé porque ya que estábamos confinados en casa y comiendo más de lo habitual. Entonces me propuse en vez de hacer los 10.000 pasos al día que recomiendan, hacer 12.000 seguidos y a un ritmo más rápido». Elena explica que lo suyo es «power walking». «Me sirve para mantener una rutina, despejar la mente y mantenerme en forma». Se considera una privilegiada: «Tengo un pequeño jardín en casa, pero animo a todo el mundo a que haga algo de ejercicio todos los días, aunque sea en una pequeña habitación».

Siempre con música

Ella tiene un hábito que cumple sin falta todos los días: «Me levanto, preparo el desayuno, desayunamos y a continuación me preparo para hacer mis 8 kilómetros». Ropa cómoda y un acompañante imprescindible para hacer su caminata en círculos el jardín. «No pueden faltar los auriculares, comienzo con música más suave tipo Alejandro Sanz o Dani Martín, y cuando ya me cuesta paso a música más cañera: Bon Jovi, Dire Straits…». Después una duchita, limpieza de la casa, comida y relax por la tarde. «Que no falten las charlas por WhatsApp con las amigas». «Esto no está resultando fácil para nadie, pero tenemos que mentalizarnos para tener la mente positiva y, sobre todo, para mantener las rutinas», asegura. Tarda unos 70 minutos en llegar a la meta: los 12.000 pasos, «unos 8,2 km en mi caso». Elena se lo toma en serio: «Los hago a muy buen ritmo. No paro ni a beber porque si paro ya no puedo continuar». Estos días está intentando motivar a alguna amiga más a que haga lo mismo. Da igual si llueve o hace sol, Elena no falla: «Por muy machacada que acabe, a la mañana siguiente me levanto descansadita y me pongo de nuevo a caminar».