Víctor Senra se lleva el rali de A Coruña por una décima de segundo

A CORUÑA CIUDAD

Nacho Carballeira

El defensor del título autonómico estaba a casi veinte segundos de Iago Caamaño a falta de tres tramos debido a una avería, y ganó por un suspiro

01 mar 2020 . Actualizado a las 00:03 h.

Fue premonitorio. Un equipo formado por dos históricos como Antonio Solórzano y Perfecto Calviño, no alcanzaba el primer tramo cronometrado de Aranga. El embrague los dejaba fuera de combate en el enlace. Se auguraba un rali atípico.

La primera cita del calendario autonómico concentraba en el rali de A Coruña a 113 equipos y decenas de miles de espectadores que, a buen seguro, aumentarán exponencialmente el próximo año. Fue una carrera de las que hacen afición. Y eso que tras el primer capítulo, Víctor Senra y Iago Caamaño convirtieron el rali en un mano a mano. Alberto Otero ya se quedaba a más de catorce segundos. El piloto de Olveira logró seis scratches y el de Culleredo, dos.

Los participantes afrontaban un trazado novedoso (en sentido inverso) sobre tramos conocidos, en un formato inusual (tres pasadas por tramo). Las lluvias intermitentes llamaban a la precaución, pero los pilotos preferían optar por la pericia. La pugna por detrás de los dos favoritos era endiablada. Pero el punto de inflexión se produjo cuando iba a concluir el segundo bucle. El tramo de Culleredo-Arteixo expiraba con un Víctor Senra que acudía con cuatro segundos de ventaja. Y, de pronto, la palanca de cambios del de Dumbría decidió soltarse y descolgarlo a casi veinte segundos. El rali parecía sentenciado.

Pero el automovilismo es un deporte pasional, especialmente la modalidad de los ralis en Galicia. Si decenas de miles de personas se entregan hasta soportar frío y lluvia a lo largo de todo el día, los equipos se ven en la obligación moral de corresponderles.

Fuese por ello o por puro afán competitivo, lo cierto es que Senra y Caamaño afrontaron el último bucle con la firme intención de no darse por vencidos.

En el tramo 7 (Aranga), Víctor decidió montar neumáticos de seco a pesar de la humedad del asfalto y recortó unos tres segundos, en el siguiente (Cerceda) calzó gomas de seco y de mojado cruzadas y dejó la diferencia en doce. Y en el último apretó los dientes para hacerse con el rali de A Coruña por 159 milésimas, tras 90 kilómetros cronometrados.

De este modo, toma el relevo de Iván Ares en la carrera coruñesa, que vivió otro de sus momentos de apoteosis en la glorieta de Boedo. Javier Morán, de la comisión de fiestas, reconocía: «Es uno de los puntos fuertes del año para nosotros. El tiempo y la afición acompañaron. Nuestro ídolo es Iván González, porque es vecino, pero como tuvo que abandonar, apoyaremos a Víctor Senra».

En lo referente a las copas, David Rivas y José Antonio Pintor se llevaron la Pirelli-Driver Top Ten B por delante de Daniel Álvarez y Adrián Vázquez en un pulso memorable.

Cabe destacar la ágil reacción de la organización, a cargo de la escudería One Seven Racing (con Álvaro Muñiz a la cabeza) tras las salidas acontecidas en la primera pasada por Aranga (Jacobo Segade contra un poste) y en la segunda pasada por Aranga (Ricardo Costa y Rui Vilaça, examinados en el hospital tras neutralizar la carrera), aunque reclama reestudiar la normativa de asignación de tiempos en tramos neutralizados.