Lo que ofrecen son platos de entre 450 o 500 gramos, sin aditivos, que se conservan un máximo de siete días y solo hay que calentar. «Aquí funciona igual que en Madrid, haces el pedido hasta el miércoles por la noche, eliges el día que lo quieres recibir, te lo enviamos, lo recibes, lo guardas en la nevera y lo sacas cuando lo vayas a comer o lo llevas al trabajo. Lo calientas tres minutos al micro y a comer», resumían, al mismo tiempo que aseguraban que Wetaca nació bajo la premisa de eliminar el hábito de comer mal por falta de tiempo, «por eso no nos centramos en entregar rápido sino que en la comida estuviese realmente buena, a un precio razonable y que fuese algo bueno y te apeteciese comer», dicen. Aseguran que, por el momento, no se plantean descentralizar, ya que creen que es más operativo tener la cocina unificada en Madrid. Respecto al sector, auguran un crecimiento en este tipo de negocio: «Pensamos que las personas en el futuro no van a poder cocinar para todos los días, va a pasar un poco como con la ropa, que antes uno se tejía su ropa y se dejó de hacer, y pensamos que con cocinar va a pasar lo mismo vamos a dejar de cocinar en el día a día y lo haremos para un momento especial».