Mariano Gómez-Ulla, presidente del Club Financiero: «Perdemos una institución vital para A Coruña»

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

A pocos días del cierre, el responsable de la institución lamenta que no se haya podido mantener la sociedad

14 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Solo un milagro» evitaría el cierre inmediato del Club Financiero Atlántico. Lo dice, sabiendo que eso ya es un imposible, el presidente en funciones, Mariano Gómez-Ulla (A Coruña, 1950). Después de 30 años de vida, la próxima semana es más que probable que esta institución cierre sus puertas para siempre. Tras casi cinco años dirigiendo la sociedad, intentando salvarla de una quiebra que ya se anunciaba meses antes de su entrada, Gómez-Ulla explica qué hizo para levantarla y por qué cree que no se pudo.

-En marzo del 2014, los periódicos publicaban que el Club Financiero estaba al borde de la desaparición. Meses después, se presentó a la presidencia. ¿Qué hizo entonces su junta directiva para evitar el cierre?

-Llegamos con muchísima ilusión y con el convencimiento de que una institución como esta era vital para la ciudad. Tanto desde el punto de vista social, empresarial y cultural. Disponiendo, asimismo, de unas instalaciones privilegiadas que requerían muchos gastos, pero que apenas estaban siendo utilizadas. La situación económica también era complicadísima. La junta directiva se propuso entonces abrirnos al pequeño y mediano empresario. Ya teníamos a los grandes. Éramos conscientes de que era necesario un cambio de mentalidad y no ser un club solo para las élites. Y así, pudimos duplicar el número de socios. También multiplicamos las actividades, convirtiéndonos en un referente social, cultural y empresarial del área coruñesa.

-¿Qué es lo que ha pasado entonces para que se llegue al cese de actividad?

-En efecto. Cuando se creó el club -fui socio fundador-, se vivía otro contexto. El mundo hoy es distinto y la transformación lo cambió todo. Fue una sociedad pensada en otro momento. Al llegar, asumimos su gestión y mejoramos las cuentas. El personal, también pasó a ser nuestra responsabilidad. Pero no pudo ser. Y no huyo de la responsabilidad que a mí me toca. Sé que perdemos una institución vital para A Coruña. Muchas empresas nacieron en este club y muchos socios se sintieron en estas instalaciones como en casa. Aquí venían temprano, hacían deporte en el gimnasio, desayunaban y trabajaban desde aquí como si fuera en su oficina. Comían mientras le lavaban el coche, invitaba a un cliente a un café y podían incluso cortarse el pelo. El Club Financiero era y es un lugar de encuentro.

-Y se llegó al preconcurso...

-La situación financiera era insostenible hace un año. Además, la entrada de un nuevo accionista, propietario de las instalaciones, nos supondría el pago de una renta inasumible. Eso nos complicó, pero no es excusa. Es absolutamente lícito que un empresario busque de la mejor manera posible unos beneficios.

-Llegados a este punto, ¿se llegó a pensar en crear otro club similar?

-No. Tal y como es el Club Financiero, es imposible. No existen en la ciudad unas instalaciones así. Habría que pensar en otra idea. Pero en estos momentos, no hay nada en marcha.