Olmos 9, Cantón 23... ¡Cuánto número!

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

ANGEL MANSO

Esta última tendencia que le ha dado a toda la hostelería coruñesa por jugársela al número o al número y a la calle de la dirección postal...

13 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando leí el otro día que el café y coctelería Real 63 cerraba en el antiguo establecimiento de la farmacia Europa pensé que tal vez el número lo había gafado, fue solo un flash que me hizo recordar cómo me refería normalmente a ese lugar cuando quería quedar allí. Si decía el nombre, Real 63, o si atajaba solo en Real, o si al final acababa haciendo todo un giro perifrástico para situarme con otra persona: «Sí, donde estaba la Farmacia Europa», «al comienzo de la calle Real», «ese sitio nuevo tan chulo»… Lo que pensé, en realidad, es que el nombre no le había traído mucha suerte, aun siguiendo esta última tendencia que le ha dado a toda la hostelería coruñesa por jugársela al número o al número y a la calle de la dirección postal. Sin más. Ahora se queda en el 57, en Olmos 9, en Cantón 23 y a sus dueños se les ha dado por no romperse mucho la cabeza con el nombre que, ojo, a mí no me disgusta, como no me disgustan en absoluto esos locales, todo lo contrario. Pero digamos que ya empieza a notarse cierta saturación. 

En Coruña, por ejemplo, cuando la gente habla de la tienda Ottodisanpietro, nadie en realidad se está dando cuenta de que está citando la misma tendencia, porque en italiano tiene su punto diferenciador. El 8 de San Pedro no es precisamente el 8 de San Pedro de Visma ni mucho menos, aunque bien podría en este nuevo furor de nombrarnos con una dirección como marca de lujo. Esto de Cantón 23 o de Olmos 9 tiene su rollito, su punto chic, porque a nadie se le ocurriría montar un local en plan ‘Ronda de Outeiro, 368’ o ‘Ventorrillo, 128’, es otra cosa lo que se quiere transmitir, y lo digo de buen rollo, como ciudadana coruñesa de barrio de aluvión a la que le gusta disfrutar de toda esa pijería del centro.

El caso es que, como me contaba mi compañera María Vidal, en Coruña se puede dar la casualidad de que alguien acabe nombrando «El 15 de la Estrecha», si llevado por esta locura se termina afincando en la Estrecha de San Andrés. Hay que tomarse con humor este bum de nomenclaturas para reflexionar también si no es mucho más eficaz darle un par de vueltas antes de etiquetar tu negocio. Que luego la gente es mucho más sencilla y le encanta eso de «nos vemos en la de Pepucho» o «en el Suso» si quedamos para cenar. Y como la cosa se complique, acabaremos cruzando los números de las direcciones (Cantón 63, Olmos 19) para terminar cogiendo el Google Maps. Es mejor afinar un poco antes de recurrir a esta fórmula, que los coruñeses somos muy dados a inventarnos otro nombre como nos den mucho la lata y volver a tirar de hemeroteca. Si con Cantón 23 nos liamos, terminaremos quedando en el Marita Ron o en el Aniceto, pero lo bueno es que al final, eso seguro, nos acabaremos encontrando en el mismo punto. Y sin tanto número.