La Deuda
¿Quién paga? Uno de los problemas más graves que subyacen a la apertura de los muelles, es el de aclarar quién paga los 304 millones de la deuda de Langosteira. En su día se vinculó la construcción del nuevo puerto exterior con la venta del interior para obtener una parte de los recursos. Por eso, por decisión del Estado, la Autoridad Portuaria suscribió créditos por esa cantidad, que no puede pagar con sus recursos. Hoy la ecuación está así: las Administraciones no quieren vender el suelo, el Puerto no puede hacer frente a los pagos y nadie aclara de dónde va a salir el dinero. En Valencia, con una deuda aún mayor, hay un compromiso del Gobierno de condonarla. En A Coruña no existe tal compromiso y el Puerto, dueño del suelo, no se espera que ceda gustoso sus terrenos si nadie le soluciona el problema financiero. Así, todo está igual, nada se mueve: el muro sigue.
¿Qué hace falta?
Voluntad. Más allá de los millones y de los planes urbanísticos, lo cierto es que nada impide que Puerto y Ayuntamiento puedan llegar a un acuerdo para la cesión, aunque fuera temporal, de los muelles en desuso, para que estos puedan ser disfrutados por los ciudadanos. La Marina, de hecho, es propiedad del Puerto y es un lugar de paseo, y lo mismo podría hacerse en Batería y Calvo Sotelo. Falta, eso sí, que las partes negocien y se entiendan.