Exámenes tras la hora del bocata

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

miguel souto

Delegados sindicales de toda Galicia acudieron ayer a las oposiciones del Sergas en Silleda para dar apoyo a los aspirantes ofreciendo información, piruletas y bolis

09 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La celebración de las oposiciones en horario de tarde hizo que ayer los convocados se lo tomasen con calma y se ahorrasen los madrugones. A las 13.30 comenzó la llamada para entrar a los pabellones. Antes de ellos, la estampa era la de un recreo con gente paseando o comiendo. A los exámenes pocos llegan solos. La mayoría lo hace con amigos y el apoyo moral de parejas, padres, hijos e incluso el perro. Dada la hora, esta vez abundaban los corrillos y cualquier sitio era bueno para sacar la fiambrera o el bocadillo.

Irene Pazos y varias compañeras de A Coruña se quejaban de que «la hora es mala» y bromeaban apuntando que «tienes toda la sangre en el estómago y nada en el cerebro».

No es la primera vez que se presentan. Para Irene es la tercera y todas echaban en falta sitios cubiertos donde las familias puedan esperar. Tanto ellas como Rocío y Cristina, de A Coruña y Lugo, se presentaron a las oposiciones de enfermería comunitaria, las primera que se convocan en España de esta especialidad. Se quejan de que «tuvimos que prepararlas por nuestra cuenta por que las academias no querían prepararnos». Lo mismo apuntaba Jorge Couto, de Ferrol. Explica que «é unha proba de fogo, estamos a velas vir». Y eso que a Jorge experiencia no le falta: «Levo presentándome á oposición dende o 2009, aprobadas todas e sin praza en ningunha; agora empezo de cero con esta especialidade», afirma.

Un vistazo al enorme campo del recinto para ver que la mayoría de los opositores son mujeres. Ellos son los menos. Uxío González y Gabriel Barros son de Vigo y optan a una plaza de PSX. Es la primera vez que pisaban el recinto, lo mismo que Maribel Barreiro, de 52 años, y también de Vigo, que trabaja en la privada y ansía poder entrar en las listas del Sergas. Un total de 87 trabajadores de Eulen velaban por la seguridad. A ellos se sumaban Guardia Civil, y Policía Autonómica, cuya misión fue la de custodiar los exámenes, y un equipo médico y sanitario. Delegados sindicales de toda Galicia ofrecían apoyo moral, bolígrafos y un chute de azúcar en forma de caramelos y piruletas, junto con un lugar donde dejar el móvil.

Ayer se presentaron 4.736 personas para optar a 126 plazas de personal de servicios generales, el 62,9 % de los inscritos. A ellos se sumaron 176 de 191 apuntados para optar a una de las 30 plazas de especialistas en enfermería familiar o comunitaria, lo que supone un 87,43 %, y el 87 % de los anotados para cubrir 18 de enfermería pediátrica, en total, 164 personas.