Revisiones y diagnóstico temprano, claves en el cáncer de próstata

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Luis Antón Aparicio, jefe de Oncología del Chuac, y Venancio Chantada Abal, jefe de Urología
Luis Antón Aparicio, jefe de Oncología del Chuac, y Venancio Chantada Abal, jefe de Urología MARCOS MÍGUEZ

Los especialistas hablarán mañana sobre el tumor más frecuente en los hombres

20 ene 2020 . Actualizado a las 07:57 h.

El ciclo de divulgación Charlas Saludables, que organiza la Xerencia de Xestión Integrada del área sanitaria de A Coruña y Cee en colaboración con La Voz de Galicia, lleva mañana, a las 20.00 horas, a los doctores Luis Antón Aparicio -jefe del servicio de Oncología del Chuac- y Venancio Chantada Abal -jefe del servicio de Urología del Chuac-, a la sede de Afundación, donde abordarán el tema del cáncer de próstata. Dos doctores de especialidades diferentes porque, «cuando hablamos de tumores siempre se aconseja una visión multidisciplinar. De hecho, en el Chuac tenemos un comité de tumores en el que participamos urólogos, oncólogos, radioterapeutas y otras especialidades, lo que nos permite tener una visión más global del paciente para tener mejores resultados cuando lo tratamos conjuntamente», explica el doctor Chantada.

El de próstata es el tumor más frecuente en el hombre, superado incluso al de pulmón. Y en su aparición influyen una serie de factores, con la edad como uno de los más importantes: «Existe una relación directamente proporcional entre el aumento de la edad y el riesgo de desarrollar cáncer de próstata. De hecho, antes de los 45 años la incidencia es inferior al 0,5 % y a partir de los 65 años la incidencia sube al 60-80 %» apunta Luis Antón Aparicio. «A partir de los 55 años es cuando suelen comenzar a aparecer estos tumores, y va aumentando el riesgo con el paso de los años. Por estudios de autopsias se sabe que de los hombres que llegan a los 90 años y que fallecen por otras causas, casi un 80 % tienen cáncer de próstata, aunque sea en fases iniciales», añade el urólogo Venancio Chantada.

Pero el riesgo de padecer cáncer de próstata viene significativamente marcado también por la genética: «Tiene un componente hereditario muy importante. Cuando las mutaciones se producen en células de la línea germinal se transmiten de generación en generación, de padres a hijos. Esta situación da lugar a síndromes familiares de cáncer de próstata que constituyen entre el 15 y el 25 % del total de estos tumores», indica el especialista oncológico.

Esta predisposición genética hace que sea inútil hablar de prevención, según cuenta el doctor Chantada: «Es absurdo. La única prevención posible es estudiarse con periodicidad, fijarse en los síntomas y someterse a exploraciones. Y, sobre todo, midiendo el que hasta el momento es el marcador más fiable, el PSA, que es una proteína que produce la próstata que si está elevada, no es que signifique que haya un cáncer, pero sí que nos alerta para estudiar a ese paciente».

Esa única prevención posible que es la de examinarse con regularidad lleva a destacar la importancia de un diagnóstico temprano, «que permitiría una cirugía menos agresiva y más efectiva», apunta Chantada. Aunque no siempre es fácil obtenerlo, ya que la enfermedad puede cursar sin síntomas hasta que el tumor se encuentre en avanzado estado de desarrollo. «Se puede encontrar el cáncer de próstata en sus comienzos mediante la determinación del PSA en sangre y por el examen mediante tacto rectal digital. Y si los resultados de estas pruebas son anormales a menudo se realizan otras pruebas adicionales, como la biopsia de la próstata, para confirma si un hombre tiene cáncer de próstata o si la sintomatología puede deberse a otra dolencia, porque pueden aparecer tanto falsos positivos como falsos negativos», advierte el doctor Antón Aparicio.

«La atención primaria es fundamental en la detección del tumor»

El cáncer de próstata tiene una particularidad que dificulta su detección temprana. A diferencia de otros cánceres, como el de colon o le de mama, no existe un programa de cribado: «Debido a que se desarrolla lentamente, las pruebas diagnosticas tempranas no han sido ampliamente aceptadas. Por tanto no existen programas de cribado», advierte Antón Aparicio.

Aún así, son varios los factores que contribuyen a un diagnóstico temprano: «La atención primaria es un pilar muy importante para la detección del tumor. El primer eslabón del diagnóstico está ahí. Son muy conscientes de que a un hombre de más de 50 años, aún sin síntomas, se le debe pedir el PSA en el chequeo rutinario. Los médicos de atención primaria son la principal fuente diagnóstica, son los primeros que sospechan el tumor», aclara Chantada.

En cuanto al tratamiento, actualmente se están probando alternativas como la terapia focal, pero el que se sigue aplicando en la mayoría de los casos sigue siendo el quirúrgico. «Aunque no todos los pacientes pueden pasar por el quirófano, porque pueden presentar riesgos muy altos, así que se les aplica radioterapia o braquiterapia, que permiten conservar la próstata. Y esto siempre y cuando el tumor esté localizado en la próstata, porque si ha ido más allá habría que acudir a un tratamiento hormonal o sistémico», señala Chantada, que añade que la operación de extirpación de la próstata es efectiva, pero no está exenta de secuelas: «Cada vez son menores, porque las técnicas quirúrgicas se han depurado, pero cuando se extirpa totalmente peligra el control de la orina y la erección, aunque existe medicación para remediar esto».