Abrir una discoteca en Perillo cuando el puente de A Pasaxe aún era una estrecha carretera sostenida sobre pilares y todo el entorno estaba a medio urbanizar fue un riesgo que le salió bien. «Mis clientes eran de la ciudad, donde yo vivía», señala este hombre oriundo de Sobrado, criado en A Coruña y residente en Icaria. El Mackinlay’s no era puntero en actuaciones en directo. Salvo cuando tocaba aniversario. «Cada año que cumplía el local traía a artistas importantes», indica desde su empresa de publicidad móvil, Silman 97, en Bergondo. «El primer año traje a Basilio, el cantante panameño, ¡vaya vozarrón!», espeta antes de contar una anécdota gastronómica: «Le invité a comer percebes, y no sabía lo que eran». Luego, cada mes de julio la sala de Perillo cumplía años con Julio Iglesias, Camilo Sesto o Betty Missiego. «El público me insistió mucho para que la trajera», explica Roca, también un referente en la hostelería de Oleiros, donde acaba de inaugurar el Café Poniente. «Santa Cristina está resurgiendo, está volviendo a tener lo bueno que tenía, e irá mejor en los próximos meses», vaticina.
Volviendo a su primer proyecto, Roca se deshizo del Mackinlay’s cuando mejor le iba. Fue a finales de 1974. «No lo traspasé, lo vendí, dejé casi todo lo que había dentro (entre los objetos que rescató está la gaita escocesa)». Y con los ingresos, construyó otro edificio y fundó un restaurante que con el tiempo derivó en la actual Casa Pilar. «Era el único que tenía cuatro tenedores en Galicia junto con el Hostal de los Reyes Católicos», asegura.