Beatriz Yrigoyen: «A mis hijos no les digo que sigan con esto, es mucho mejor que saquen unas oposiciones»

E. E. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Echa el cierre por jubilación a su tienda de ropa de fiesta en la Gaiteira tras 43 años trabajando

10 ene 2020 . Actualizado a las 08:42 h.

En su tienda, Cosquillas, en la Gaiteira, cuelga el cartel de «se traspasa». Beatriz Yrigoyen, su propietaria, mira con ganas a la jubilación después de 43 años cotizados. El mes que viene, hace cuentas, le toca. «Me gusta lo que hago», dice, pero hay que parar y atender a la familia y además las cosas ya no son lo que eran. 

Su negocio se dedica a la venta de ropa de fiesta. Antes tenía dos, una en Ferrol y la de A Coruña, abierta hace más de tres años. Llegó a tener, en sus 20 años de autónoma, cinco empleadas. El local de Ferrol se lo cedió a ellas y se quedó solo con el coruñés, que pronto echará la reja. «Las calles se van a quedar sin luces, sin escaparates, sin vida», vaticina, apuntando a que el futuro pasa por la venta a través de Internet. «Además, las grandes firmas venden a unos precios con los que no puedes competir», dice. Hubo una época en la que sí se ganaba dinero, pero ya no es así y para el autónomo, recuerda, todo son problemas. «Llevo seis años sin vacaciones», apunta, y recuerda que cuando tiempo atrás estuvo de baja por motivos de salud, para cobrar la baja tuvo que contratar un empleado. Al final, gastó más de lo que ingresó. «Los impuestos, los alquileres, las TPV, las alarmas, la luz...», enumera la interminable lista de gastos. «Yo a mis hijos no les digo que sigan con esto, es mucho que mejor que saquen unas oposiciones», recomienda. «Que ni se les ocurra», remacha.

Los sueldos son bajos, los alquileres muy caros e Internet se lleva el poco capital que hay. «Lo único que queda son bares y peluquerías», dice, una afirmación que se constata en su propio entorno. A los pequeños negocios, cuenta, les queda algo más de vida en los pueblos, no en las ciudades, donde quienes se ponen al frente muchas veces no consiguen levantar ni un sueldo.