«El percebe do Roncudo no puede faltar en una cena de Navidad»

Melissa Rodríguez
Melissa Rodríguez CARBALLO / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Ana Garcia

La geóloga Cristina Torre Cervigón, además de amante de la cultura, pasa las Navidades en Corme, donde está su museo de arte

05 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cristina Torre Cervigón nació en Madrid en 1942, aunque siempre estuvo muy ligada a A Coruña, bien por sus padres y hermanos, que son de allí; porque cursó el Bachillerato en el IES Eusebio da Guarda o porque su marido nació también en la ciudad herculina. Fue precisamente este último la que la acercó a Corme, por su pasión por la pintura. Años después de su fallecimiento, creó la Fundación Torre-Pujales, y de ahí, el Museo de Arte Contemporánea cormelán, con la obra de su marido y de otros muchos artistas. Hoy la villa pontecesana es su lugar favorito del mundo, y el escogido para pasar estas Navidades.

-¿Viene mucho por Corme?

-De vez en cuando, porque es un sitio que me encanta. Tiene una magia extraordinaria, el paisaje es maravilloso, la gente encantadora. Veo que todo lo que se diga de Corme es poco.

-¿Qué le animó a pasar las Navidades en este pueblo marinero?

-Ya no es la primera vez que vengo por estas fechas, aunque sí la única con este tiempo. Pillé el temporal en su punto álgido, aunque ahora hace un tiempo fantástico.

-¿Cómo las está viviendo?

-Estoy con amigos, en casa.

-¿Qué es lo que más le gusta hacer por la localidad?

-Lo primero, pasear. Y segundo, su gastronomía. Es extraordinaria, empezando por sus percebes y siguiendo por los mariscos y las carnes. Es único.

-Imagino que se reparte un poco entre Corme y A Coruña.

-No se crea. Vengo todos los veranos y ahí sí que es cuando me reparto.

-Si tuviese que escoger, ¿con qué lugar se quedaría?

-Con Corme por supuesto!

-Van ya siete años de la inauguración del Museo, y muchos más de la creación de la Fundación. ¿Cómo valora este tiempo?

-Se han hecho muchas actividades. Ha habido conferencias, conciertos de ópera, una actuación de payasos clásicos... Además, con personas de reconocimiento prestigioso del mundo artístico y cultural. Lo valoro positivamente, porque todo lo que sea dar cultura de calidad es siempre positivo. Lo que pasa es que ha sido siempre con mucho esfuerzo y poca ayuda institucional. Entonces, vamos tirando hacia delante, y eso es lo importante.

-¿Qué se puede ver a día de hoy en este edificio tan singular en Corme?

-Una amplia colección de arte contemporáneo con grandes figuras. La mayoría, son de mi marido. Además, ahora se inauguró de forma temporal una exposición del escultor natural de Corme, Santi Collazo.

-Precisamente potenciar esta zona es uno de los objetivos que persigue la Fundación, ¿no?

-Sí, potenciar la cultura desde todo tipo de aspecto, tanto artístico como cultural, pero sobre todo dar a conocer esta zona.

-Cree que lo logró?

-Estamos en ello. Aún nos queda mucho camino por recorrer.

-¿Tiene en mente nuevos proyectos?

-La idea siempre es potenciar la cultura. De contar con más apoyo, la Fundación tendría previsto abrir algún museo más, aquí en Corme o en otro sitio de la Costa da Morte, de juguetes, bonecas y monicreques, e incluso de ampliar el ya existente.

-Otra de las vertientes de la Fundación es becar a artistas. ¿Se interesan muchos?

-Por aquí han pasado estadounidenses, hispanoamericanos, belgas, alemanes... Esto hace que se conozca Corme a nivel mundial, además de que la colección del museo crezca constantemente. El eco del trabajo que se está realizando existe desde luego.

-A mayores de ser una amante del arte, también es geóloga y ejerció como profesora. ¿Qué es lo que le despertó esa rama de la ciencia, y qué la llevó al ámbito de la enseñanza?

-Precisamente mi tío, que era geólogo y académico. Sobre lo segundo, recuerdo que cuando estudiaba, todos mis compañeros soñaban con hacer prospecciones, y yo decía, no, no, yo lo que quiero es enseñar.

Para cotillas

¿Cómo están siendo sus Navidades en Corme?

En un principio asustada por el tiempo, pero ahora están siendo extraordinarias con la comunidad, la paz y el paisaje.

¿Es de espíritu navideño?

A mí las Navidades me dan mucha nostalgia por la gente que ya no está. Son unas fechas algo duras, por eso prefiero cambiar de ambiente y venir a un sitio más aislado para vivirlas de otra forma y, quizás, olvidarlas un poco.

¿Suele poner árbol o nacimiento?

Cuando salgo de mi casa en Madrid no. Pero cuando estoy allí, pongo ambas cosas.

¿Qué le gusta más, Papá Noel o los Reyes Magos?

Los Reyes, por supuesto. Es una fiesta que veo más alegre, pues está más arraigada.

¿Da y recibe regalos?

Sí, para mí son fundamentales. Es la ocasión perfecta del año para hacerlos.

¿Es fiel a la tradición de comerse las doce uvas?

Sí, creo que hay que comérselas porque es una tradición muy arraigada. Mis amigas pintoras tienen su casa justo en la Puerta del Sol, enfrente del reloj, y cuando estoy en Madrid suelo ir allí porque es un lugar idóneo y único para poder ver las campanadas en directo. Este año, pondré la cadena de televisión que las de desde allí, por supuesto.

¿Qué ingrediente o plato no puede faltar en una cena o comida por estas datas?

Por faltar pueden faltar muchos, pero lo que sería imprescindible sería el percebe do Roncudo. Y siempre en casa.