800 razones para cuidar el cerebro

R. Domínguez A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

El ictus es la primera causa de discapacidad en los adultos. En el área coruñesa, cada año provoca que en torno a un millar de personas necesiten asistencia hospitalaria

25 nov 2019 . Actualizado a las 08:42 h.

El ictus es una auténtica emergencia sanitaria, dicen los especialistas. Y lo es porque la atención rápida es la única posibilidad para evitar a veces la muerte y en muchas ocasiones las secuelas a menudo gravemente discapacitantes que puede dejar ese accidente brusco y repentino que altera la circulación sanguínea en el cerebro, motor de todas las funciones del cuerpo humano.

En el área sanitaria de A Coruña, cada año 800 personas necesitan ser hospitalizadas en la Unidad de Ictus del Chuac, y otras muchas, aún sin ser ingresadas, han de recibir tratamiento en Urgencias.

La incidencia de este cuadro no va a menos, y menos en la envejecida Galicia. Se calcula que en los próximos 15 años se incrementarán hasta un 35 % el número de casos. La razón es que, a mayor edad, más probabilidad de sufrir un infarto y/o una hemorragia cerebral. Los estudios realizados indican que dos de cada tres personas afectadas tienen más de 65 años, pero en las últimas décadas los ictus han aumentado un 25 % entre personas de 20 a 64 años. La buena noticia es que hasta en el 80 % de las ocasiones se puede evitar que suceda con tan solo controlar los factores de riesgo. El principal, la tensión arterial: ha de estar en un máximo de 14 la alta y 9 la baja si no se tiene ninguna otra complicación asociada. En el caso de ser diabético o tener una enfermedad renal el límite es más bajo: 13-8.

Además, hay que mantener también a raya el colesterol y los triglicéridos, evitar el tabaco, el alcohol y otras drogas, y poner freno al sedentarismo. Es decir, un estilo de vida con dieta equilibrada y ejercicio regular es la receta de la prevención.

Si aún así de repente y bruscamente se tiene un dolor intensísimo de cabeza -quienes lo han sufrido lo describen como absolutamente insoportable-, se pierde la fuerza y la sensibilidad en un lado del cuerpo, se tuerce la boca, hay problemas para comprender o hablar, o la vista alterada, hay que llamar cuanto antes al 112 o al 061. Así se pondrá en marcha el código ictus para que en el hospital todo esté a punto para aplicar tratamientos que son más efectivos cuanto antes se administren. Las prisas tienen una causa justificada: cuanto más se tarde en restablecer el riego sanguíneo normal en el cerebro, más son las probabilidades de que queden zonas lesionadas y, con ellas, daños funcionales. De cada tres personas afectadas, dos sufren algún tipo de secuela y para una de ellas serán consecuencias discapacitantes permanentes.

La dificultad para realizar actividades cotidianas, los problemas de movilidad, el dolor y el malestar son las afectaciones más repetidas entre los pacientes. Los de mayor fortuna, pueden superarlas con un importante esfuerzo rehabilitador.