Nicky Jam convierte a A Coruña en la capital del reguetón

Caterina Devesa LA VOZ / A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

El puertorriqueño llenó el Coliseo en un concierto que catalogó de «noche mágica»

14 oct 2019 . Actualizado a las 10:36 h.

No fue puntual, pero poco importó. Porque Nicky Jam salió media hora tarde, pero con sorpresa. Antes de él, el show contó con otro reguetonero, Valentino que caldeó el ambiente hasta la llegada del esperado artista que salió al escenario a las 22.30 horas. Lo hizo por la puerta grande, acompañado de ocho bailarines, cuatro chicas y cuatro chicos, con efectos especiales y una de las canciones del momento: «Te robaré». 

Con esa puesta en escena, el puertorriqueño no dejó indiferente a nadie. El humo, el fuego y las luces láser de diferentes colores convirtieron al Coliseo en una macro discoteca en la que los cerca de 9.000 asistentes bailaron y cantaron sin parar. Porque todas las canciones que Nicky entonó son de sobra conocidas por el público del género. De «Te robaré» pasó a «Bella y sensual» para después continuar con «El perdón», tema que interpreta junto a Enrique Iglesias y que arrasó en el verano del 2017. Para continuar animó a los presentes a bailar «de lao a lao» y con teléfono en mano para hacer brillar todavía más el Coliseo. 

La magia siguió y Nicky presentó a su guitarrista, Daniel Uribe, «de Medellín, Colombia» país en el que renació como artista tras tocar fondo por sus problemas en Puerto Rico. Después del solo del músico, llegaron más hits: «Atrévete», «Perro fiel», «Si tú te vas», «Una Lady», «Que más pues», «Otro trago», «Ay vamos», «Te bote», «X» o el famoso «Ginza» con el que se hizo popular otro de los preferidos de la música urbana, J. Balvin. Con tanto éxito, el público no paró de bailar ni un solo minuto. Tanto «perrearon» los coruñeses que anoche nuestro Coliseo bien se podría confundir con el de Puerto Rico, templo del reguetón. 

No hubo tiempo para parones en un show en el que el artista interactuó con el público con el que compartió parte de su historia, aunque seguro que muchos de los presentes ya la conocían gracias a la serie «Nicky Jam, El Ganador» de Netflix. Así, el reguetonero repasó los éxitos de sus comienzos al lado de Daddy Yankee cuando bajo el nombre de Los Cangris partían las tarimas con canciones como «Dónde están las gatas» o «En la cama», unos de los temas más coreados anoche al igual que «Yo no soy tu marido» o «Yo me voy pal party» con los que el artista inició su andadura en solitario. Porque lejos de los que muchos pueden pensar, la mayoría de los presentes en el Coliseo eran treintaeñeros que crecieron escuchando los éxitos de Nicky, Daddy Yankee, Don Omar y compañía, y que ahora, con el nuevo bum del reguetón, siguen enganchados a un estilo musical que cuenta con tantos detractores como fans. 

Para que el espectáculo  no decayese ni un segundo, Nicky echó mano de los bailarines que ocuparon el escenario mientras él reponía fuerzas. Minutos después, el puertorriqueño volvió a pisar tarima para seguir haciendo bailar a sus fans con «El amante» y «Si tú la ves». Después, quiso mandar un mensaje de fuerza a la comunidad latina presente por lo duro que es vivir fuera del país de uno. Contó entonces su experiencia en Colombia, «país al que estoy muy agradecido», y en el que relanzó su carrera. No es de extrañar que el artista confesase su gusto por el folclore colombiano antes de introducir el tema «Cásate conmigo» que canta con Silvestre Dangond. 

Para la traca final, el de Puerto Rico, que acumula 34 millones de seguidores en Instagram, se guardó las canciones «Hasta el amanecer» y «Travesuras». Un superéxito con el que cerró el concierto acompañado de más efectos especiales: una lluvia de confeti dorado que dejó claro que no habría bises.

Ya sin Nicky en el escenario, los asistentes se dispusieron a salir poco a poco del recinto mientras tarareaban los temas de un cantante que no defraudó, pero del que se quería más. Porque el concierto, aunque muy intenso, no superó la hora de duración. Quién sabe, quizá el artista apele a eso de lo bueno si breve, dos veces bueno. Sea como sea, el artista, que llegó con gorra negra, salió con corona del Coliseo. Porque si Daddy Yankee es el rey del reguetón, Nicky Jam es el príncipe.