Fue concejala con una pasión especial, recuerda el delegado del Gobierno y exalcalde de A Coruña
04 oct 2019 . Actualizado a las 08:18 h.Me acompañó siempre. Fue la presidenta de todas mis ejecutivas en A Coruña y compartí con ella momentos intensos de la vida política. Se suele decir de las personas que se van, casi por rutina, que son excepcionales. Cuando se habla de Pilar Valiño es imposible no decirlo. Desde niña tuvo que luchar para salir adelante, para aprender en la vida lo que era la superación y eso la condujo al socialismo, a luchar por la clase trabajadora, a buscar el bienestar de las mujeres (fue una adelantada de la lucha feminista y de la igualdad) y de la clase trabajadora.
Desde la lucha sindical en la dictadura hizo crecer el Partido Socialista. Combatió la dictadura. Y ya en democracia dirigió en varias ocasiones la agrupación coruñesa, y lo hizo con tesón, mano firme y responsabilidad, favoreciendo siempre la militancia de la juventud y la savia nueva para el socialismo. Fue concejala con una pasión especial para mejorar las infraestructuras ciudadanas y, a la vez, la vida de las personas que trabajaban en ellas. Fue una consejera política certera, con una inteligencia política que la hacía, como así fue, ser nuestro referente durante décadas.
La conocí cuando yo tenía 24 años y desde el principio tuve la gran suerte de aprender de ella, pero sobre todo de tener una compañera leal y una profesora cabal del arte de la política. Compartí con Pilar gobiernos y ejecutivas, pero sobre todo, quiero acordarme de una persona singular, de una mujer llena de vitalidad, y de sus consejos como presidenta de las ejecutivas que tuve ocasión de dirigir. Y las vivencias que durante el largo y fructífero proyecto político que compartimos nos marcaron.
Pilar solía decir cuando ocurría algún problema: «Nada es casual». ¡Cuánta razón tenía! Con todo el dolor de mi corazón, descanse en paz.