Una pareja y sus dos hijos menores abandonan su piso en A Coruña por una plaga de ratas

Emiliano Mouzo A CORUÑA

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Emiliano Mouzo

Los roedores entraron en su vivienda de la segunda fase de Elviña y destrozaron ropa y enseres por valor de unos 5.000 euros

02 oct 2019 . Actualizado a las 21:07 h.

Una pareja, Daniel Rodríguez González y Lucía Sánchez Pombo, y sus dos hijos, de 9 y 6 años, tuvo que abandonar su piso en la segunda fase de Elviña y trasladarse a vivir a la casa de unos familiares, en Arteixo, porque las ratas invadieron su vivienda.

Los roedores le causaron daños por un valor de algo más de 5.000 euros. Entraron en todas las estancias de la vivienda. En el salón le destrozaron los sofás, «que tuvimos que tirar a la basura», contó entre lágrimas Daniel Rodríguez. Los divanes no solo fueron objeto de los dientes de las alimañas: «Mearon por ellos y dejaron restos de excrementos».

Las ratas arrasaron los colchones de las tres habitaciones de las casas, las de los niños y la principal. Uno de los jergones era antiácaros, «ya que uno de mis hijos es alérgico», por lo que la pieza «es muy cara», explicó Lucía Sánchez Pombo. Y el colchón de la pareja fue comprado hacía apenas seis meses, «nos costó un dineral y tuvimos que tirarlo», subrayó triste la mujer.

Los armarios de la casa también fueron invadidos por las ratas. «Subieron hasta los departamentos superiores», explicó Lucía, «y royeron todo lo que se encontraron a su paso». Lucía explicó que no le dejaron sano ni un par de zapatos: «Me estropearon los de verano y los de invierno, incluso los de ir a trabajar (Lucía es conductora de autobuses), los buenos y los que no eran tanto», dijo la mujer. Los bolsos quedaron destrozados.

La casi totalidad de la ropa de la pareja también resultó dañada . Lo mismo ocurrió con la de los niños, y también con sus zapatos. De hecho, para el inicio del colegio, la pareja tuvo que hacer un gasto extra para poder vestir a los pequeños.

Juguetes hechos trizas

Las ratas no dejaron nada de la casa por probar. Royeron las pieles, las telas «y también el plástico». Una máscara de bucear quedó totalmente destrozada, «incluso le pusieron los dientes al tubo de respiración, que es de plástico extremadamente duro», explicó Daniel.

Uno de los niños recibió un regalo por su cumpleaños, recién celebrado, que deseaba mucho y que le hacía una gran ilusión: «Unos guantes de portero de fútbol». También quedaron inservibles, al igual que otros juguetes.

Las alimañas hicieron de las suyas en los sanitarios de los baños: «Comieron hasta la pasta de los dientes», comentó Lucía. Destrozaron las rejillas de ventilación de la cocina y de la sala de la lavadora. «Solo nos queda revisar los electrodomésticos y los equipos electrónicos».

Durante las vacaciones

Lucía y Diego desconocen cuándo tuvo lugar la invasión. La desagradable sorpresa la llevaron el pasado día 1 de septiembre. «Llegamos de vacaciones y subimos las maletas y ya vimos los destrozos, las inmensas pérdidas». Le preguntaron a sus vecinos: «A ellos también le entraron y se escondieron en el tubo de extracción de la campana de la cocina», dijo Daniel.

Creen que las ratas accedieron desde el exterior de la casa por los huecos de la fachada del edificio y se colaron por las cámaras de aire hasta llegar a las viviendas.

Ahora la pareja lucha para que los seguros le paguen los destrozos y los gastos de desratización y desinfección.

Denuncian que el barrio está lleno de roedores del tamaño de gatos

Daniel y Lucía esperan el resultado del análisis de un perito para conocer exáctamente por dónde entraron los roedores. Son conscientes de que el jardin que rodea su edificio, un bloque de cuatro portales, «está muy mal cuidado y los hierbajos casi llegan a los pisos más bajos». Pero también vieron, al igual que sus vecinos, como los roedores campan a sus anchas por las aceras del barrio. De hecho, la pareja llamó al Ayuntamiento, «y después de muchas conversaciones, y la amenaza de que nos íbamos a presentar en María Pita, vinieron técnicos de la Patrulla Verde. Los miembros de este equipo les dijo «que la plaga de ratas está por toda la ciudad». También le comentaron que se está desratizando «dos veces al año, y tenían que ser, por lo menos, cuatro», indicó Daniel.