Su ubicación y la falta de espacio para aparcar delante del templo hace que sea poco elegido para contraer matrimonio
12 sep 2019 . Actualizado a las 08:54 h.«¡Ostras! Una boda», exclamó una persona que el sábado por la tarde pasaba por delante de la iglesia de Santa Lucía. Sí, es cierto, es un templo histórico, céntrico, pero no es habitual ver parejas diciéndose el «sí, quiero», me comenta Óscar Rúa, vicario parroquial. «Es cierto, muchas bodas no oficiamos, pero una o dos al año solemos tener. Esta es la segunda del 2019», confirman desde la parroquia. Además del aumento de las bodas civiles aluden a otras razones para justificar que los novios prefieran otras iglesias. «Nosotros no tenemos atrio como la colegiata o la iglesia de Santiago. Además la novia no tiene un sitio para aparcar cómodamente cerca de la puerta. Es una zona de mucho tráfico y lo más seguro es que reciba algún bocinazo de los conductores que estarían esperando», aseguran. Por eso casi nadie se casa en Santa Lucía. Ahí tienen a los novios que este fin de semana contrajeron matrimonio y salieron por la puerta que tiene enfrente un despacho de Horno Sanbrandán. Ella es la arquitecta Rocío Villar González y él el abogado Víctor Valle Silva, ambos coruñeses, de 35 años, y vecinos de siempre de Médico Rodríguez y la Palloza, respectivamente. Me cuentan que realizaron el cursillo prematrimonial en Santa Lucía y que les encantó. Si a eso unimos que el cura que los casó era el mismo que le dio la primera comunión a Rocío... La acera es estrecha y por ella pasan cantidad de ciudadanos, la escalinata no es muy larga, el aparcamiento escasea, el tráfico no da tregua, pero el amor y la felicidad de Rocío y Víctor se hicieron sitio entre tantas dificultades.