¿Es posible recuperar el tranvía en A Coruña?

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

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TURISTAS EN LA PARADA DEL TRANVIA
A CORUÑA TURISTAS EN LA PARADA DEL TRANVIA No disponible

Ningún gobierno ha conseguido hasta la fecha dar el paso a la línea circular del metro ligero

07 sep 2019 . Actualizado a las 13:56 h.

Lisboa, Múnich, Milán, Ginebra, Oslo… Ciudades maravillosas que han sabido integrar el tranvía -o metro ligero, como prefieran- como un medio de comunicación rápido, poco contaminante y económico que vertebra barrios y los conecta con el centro. Lo de menos es que los vagones sean de última generación o viejas glorias rehabilitadas. Lo relevante es la eficacia del servicio.

En Coruña renació en mayo de 1997 como tranvía turístico y murió (o se dejó morir) en julio del 2011, también como tranvía turístico, con un trayecto limitado y un servicio mínimo que le concedía pocas posibilidades de ser rentable y, por tanto, de subsistir. Y a pesar de ello, todas las corporaciones municipales -también esta última- incluyeron el metro ligero en un plan de viabilidad que jamás se completó.

¿Por qué fracasó el tranvía coruñés? Sencillamente, porque ningún gobierno fue capaz de dar el paso de convertirlo en ese metro ligero funcional, más allá de su condición turística. Ese empeño estaba ya en el primer proyecto, el de Francisco Vázquez, que pretendía ir completando el tendido hasta circunvalar la ciudad y poner en marcha una línea circular que ni existía entonces ni existe hoy, más de veinte años después, en el bus urbano.

La configuración en istmo del centro de la urbe y la estrechez de muchas calles del Ensanche complican la creación de líneas interiores, pero creo que nada impediría poner en pie el viejo proyecto de la circunvalación, que mantendría la vocación turística del tranvía en el centro pero daría movilidad además a una gran área de la ciudad.

El tendido, que aprovecharía parte de las vías y la catenaria construidas entre San Antón y las Esclavas, podría continuar por la ronda de Outeiro, conectar con la futura estación intermodal, seguir hacia San Diego y entrar por el centro (incluso dentro del Puerto) hacia la Marina y San Antón. Este trazado metería en el corazón de la urbe, sin trasbordos, a viajeros del Agra, el Ventorrillo, Vioño, Elviña, Os Castros o Cuatro Caminos, que podrían desplazarse en dirección a los jardines o, en sentido contrario, hacia Riazor-Orzán. Y sin renunciar, insisto, a los ingresos que pudiese aportar el turismo.

A partir de esa línea circular ya podrían plantearse futuras ampliaciones para vincular otros barrios y la universidad. Y un recordatorio para escépticos: esta ciudad tuvo en funcionamiento entre 1922 y 1956 un exitoso tranvía (el Siboney) que la unió a Sada. Veinte kilómetros de vía, veinte paradas, una hora y media de viaje, precios populares y salida desde Puerta Real por As Xubias; la tan reclamada ruta de los hospitales, pero aún sin hospitales. Un adelantado a su tiempo aquel Siboney.