La conexión de los ríos Mesoiro y A Grela ahorrará 2,7 millones al año

Tamara Rivas Núñez
Tamara Rivas A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

FUCO REI

Con las obras está previsto el cambio de la tubería general de abastecimiento

03 ago 2019 . Actualizado a las 01:57 h.

La conexión de los ríos de A Grela y Mesoiro, que fue aprobada este juves en la junta del gobierno local de A Coruña y costará 5,1 millones de euros, supondrá por otro lado un ahorro anual de 2,7 millones al año, con lo que las obras podrían quedar amortizadas en apenas dos o tres años. El objetivo del proyecto es comunicar ambos ríos como en su origen y restituir los cauces a su estado primitivo. Actualmente se mezcla con las aguas residuales de la ciudad, por lo que todo este volumen atraviesa la EDAR de Bens, con el pertinente gasto que genera. El río de A Grela desemboca actualmente en el túnel de la depuradora a través del ovoide unitario del polígono, en lugar de hacerlo en el río Monelos, como hacía en el pasado.

El la actualidad, el río Monelos-Mesoiro se encuentra canalizado en una longitud superior a los cuatro kilómetros desde la zona del Martinete hasta su desembocadura en el puerto de A Coruña, por el muelle de San Diego. 

Previstas en el 2018

Una vez concluidas las obras, que ya estaban previstas para iniciarse el año pasado y disponen de todos los permisos desde el 2017, el río de A Grela desembocará directamente al Monelos volviendo así a su estado primigenio. Los cambios más importantes se realizaron hace casi cien años con el paso bajo la vía del ferrocarril en San Cristobo das Viñas, si bien la revolución más importante y, por tanto, la obra que lo convirtió en un río de base residual fue la construcción de la avenida Alfonso Molina, a finales de los años cincuenta. La canalización actual, terminada entre el 2007 y el 2011, coincide con el desarrollo del centro comercial Marineda City. La longitud canalizada del río de A Grela es de tres kilómetros y con el nuevo proyecto habrá un tramo a cielo abierto junto al polideportivo de la segunda fase de Elviña. De hecho, ya se han proyectado rejas de limitación de accesos a estos carriles de agua desde el tramo abierto para evitar accidentes, si bien contarán con sus cerraduras con llave para las labores de limpieza. 

350 metros

La nueva conexión tiene una longitud total de 350 metros, una pendiente del 0,4 % y una capacidad hidráulica de 7,5 metros cúbicos por segundo. El principal problema con el que se han encontrado los ingenieros a la hora de desarrollar este proyecto en el subsuelo coruñés es la cota, ya que la confluencia de ambos ríos coinciden con el punto más bajo de la avenida Alfonso Molina en Ponte da Pedra. Otro condicionante es el retranqueo de la tubería general de abastecimiento de agua a la ciudad en el tramo que, por otra parte, ya se aprovecharán las obras para sustituir.

Ángeles Huerta, autora de «Esquece Monelos»: «Esto ayudará a conocer las formas de vida»

MARCOS MÍGUEZ

Cuando hace un año y medio la realizadora asturiana afincada en A Coruña Ángeles Huerta recibió el premio Mestre Mateo al mejor documental por Esquece Monelos, su cabeza no albergaba la posibilidad de que la junta de gobierno local impulsase un proyecto para conectar en el futuro los ríos de Mesoiro y A Grela, como sucedía antes del desarrollo urbanístico que experimentó la ciudad. «Todo lo que sea recuperar la memoria de un río es una buena noticia, no solo por el aspecto medioambiental, sino que con ello también se podrán conocer las formas de vida que generaba y las relaciones de vecindad que se establecen a su alrededor. Y todo eso forma parte de nosotros y de lo que somos», explicaba la cineasta.

Ángeles Huerta considera que estamos atravesando por un momento en el que «está de moda» desenterrar todos esos ríos que terminaron inevitablemente sepultados en las ciudades de medio mundo debido al desarrollo urbanístico. En este sentido, señala el ejemplo de lo que están haciendo en urbes como Londres, Nueva York, Ámsterdam o Seúl, donde los grandes espacios verdes están ganando presencia entre tanto edificio y hormigón. «Si conseguimos revertir un modelo de urbanismo destructivo, que fue el dominante durante decenios, será genial. Porque aunque no nos demos cuenta, algo tan pequeño puede tener un gran peso simbólico», apunta.