Sofía Ellar: «La música es el mejor psicólogo»

A CORUÑA CIUDAD

Christian Hors

La cantautora británicaserá la encargada de abrir los conciertos de Espacio Mahou

26 jun 2019 . Actualizado a las 10:14 h.

Mañana arrancan los conciertos de Espacio Mahou, que al igual que dedica los miércoles al humor (hoy actuará David Amor con pases a las 21.00 y 22.00 horas), hacen de la música la gran protagonista de los jueves de este verano. La encargada de abrir fuego será Sofía Ellar, que hará también un doble pase y que se muestra encantada de actuar en Galicia: «Una tierra de grandes cantautores, como Andrés Suárez o Fredi Leis, que además son amigos. Así que hay mucha competencia e impone mucho tocar allí en el norte», dice la artista, preocupada porque acaba de superar un «catarro de verano».

-¿Se define entonces como cantautora? No es un término que satisfaga a todo el mundo.

-Es cierto que a veces se relaciona con un tipo de persona que solo cuenta penas con una guitarra y que no puede salirse de ahí. Pero ponerse ese límite que supuestamente no puedes pasar me parece una estupidez, porque cantautor es quien escribe acerca de sus sentimientos, así que todo depende de la emoción que uno transmite con lo que quiere contar. La música tal y como yo la entiendo -un papel en blanco, un boli y una guitarra- es el mejor psicólogo al que puedo ir. Ser cantautor es abrir tu corazón al público, compartir tus historias personales, y eso no tiene límite alguno.

-Ni en la temática de las canciones ni en su estilo musical.

-Claro. Mis influencias son variadísimas, y a menudo muy antiguas. Me fascina desde niña la música italiana, pero al mismo tiempo no paro de escuchar a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés o Joaquín Sabina o Andrés Calamaro. Pero por otro lado está Alison Krauss y todo el mundo del country y el sonido Nashville o la mismísima Janis Joplin, que para mí, como mujer, es todo un referente de la lucha femenina.

 -El concierto del jueves será muy íntimo, un formato que parece beneficiar a su música.

-Totalmente. El otro día en un concierto en Granada salí encantada pero con una sensación extraña, porque eran tantos y cantaban tan alto que no sabía lo que hacer. Pero claro, no puedes cambiar al público y es normal que quieran cantar. Por eso llevo tiempo deseando encontrar una excusa para cambiar el formato, algo más íntimo que me permita además darle una vuelta a las canciones, volverlas más acústicas, meterle cuerdas... Y este concierto me permite eso. De hecho, ni podremos meter la batería, así que a ver si la cambiamos por un piano. Son conciertos más para escuchar que para dar brincos.