El Remanso, convertido en albergue para los sintecho y punto de drogas

Emiliano Mouzo A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Un indigente dormía en el interior en la mañana del jueves, y los vecinos solicitan una intervención urgente del Ayuntamiento

14 jun 2019 . Actualizado a las 19:48 h.

En el verano del 2014 echó el cierre una de los complejos hosteleros referentes de la ciudad: El remanso, ubicado en los jardines de Cuatro Caminos.

Desde aquella, el edificio no solo sigue vacío sino que su estado está cada vez más deteriorado, «y se convirtió en un auténtico peligro para los viandantes, los que esperan el bus en la parada que hay justo delante de la antigua cafetería y restaurante y para los vecinos y paseantes que frecuentan esta área tan emblemática de A Coruña debido al estado del edificio», contó Luisa Pérez, una vecina de la zona.

Pero la situación ahora «es mucho más grave», indicó esta mujer. Y es que la puerta principal del local esta abierta al público: «Puede entrar todo el mundo que lo desee». El Remanso se ha convertido «en albergue de varios sin techo», indicaron vecinos de la zona. Isabel Sánchez, otra residente de la zona fue más allá: «En el interior del edificio se hacen botellones y se trapichea y consumen drogas», indicó.

Tanto en la planta donde se ubicaba la cafetería como en el sótano, donde estaba el restaurante, se pueden observar residuos, papel de aluminio, jeringuillas, que demuestran que allí se mueve y consume sustancias estupefacientes.

En el interior del antiguo complejo hostelero hay hasta cuatro colchones y ropa de los que allí pernoctan. Sobre las ocho de la mañana de ayer aún estaba acostado y durmiendo un indigente. Este hombre, de mediana edad, «es bastante agresivo y violento», contó Isabel. Aseguró que cuando llega en malas condiciones físicas suele insultar a las personas que paseamos por aquí, bien sea de día o de noche».

Otra de las denuncias de los vecinos es que en este edificio «se celebran botellones, un día sí y otro también». La presencia de vasos y botellas así lo demuestran.

Creen que cualquier día va a haber «una desgracia y después nos vamos a lamentar», indicaron. Aseguran que desde el primer piso al sótano hay un desnivel de unos cinco metros, «y un día va a caer alguien por él, incluso cualquier niño que frecuenta el área ajardinada y de juegos que hay en la zona. Solicitan al Ayuntamiento una rápida intervención.