El festival de arte urbano Ruarte genera discordia en el Orzán

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CESAR QUIAN

Los vecinos ven una provocación que se celebre el concurso y no se limpien las pintadas. VOTA: ¿Crees que Ferreiro hizo uso electoral del festival Ruarte?

21 may 2019 . Actualizado a las 09:06 h.

«Noventa peticiones de borrado de pintadas entregamos en el Ayuntamiento, ¡noventa!, y no han venido a eliminar ni una, pero sí tienen tiempo a montar un festival del grafiti. Es realmente, indignante», subrayaba este lunes José Luis Méndez Campos, presidente de la asociación de vecinos Ensenada del Orzán a propósito de la celebración el domingo del Ruarte Fest. Él, en nombre del vecindario al que representa, asegura que el enojo «no se dirige a la Marea porque sí, si estuviera otro partido también lo diríamos», recalca. Ni tampoco con el arte urbano, contra el que insiste en que «no tengo nada». Tampoco minusvalora la importancia de dignificar fachadas y con ellas el trabajo de los muralistas, «pero el problema del barrio no es pintar cuatro paredes o rejas, que aún encima algunas son de los locales que luego no nos dejan dormir, el problema está en los miles de pintadas que hay por todas partes», subraya.

El interés de los residentes por borrar la cara fea de la zona, con propiedades privadas y públicas emborronadas con trazos y firmas sin valor, es comprendido y compartido por muchos de los comerciantes que desde el domingo lucen creaciones artísticas en el exterior de sus locales. Como Óscar Novo, del bar Latacaña, quien ha quedado «contento» con la nueva imagen de sus persianas, lo que no quita que se declare «totalmente de acuerdo con los vecinos» sobre el problema generalizado de las pintadas. Él, que también regenta la lavandería Auga e Xabón, ya tenía un mural en este negocio, que contrató «para adelantarme a los vándalos, a ver si así respetaban un poco la fachada». Apunta que, al margen del festival, «tendría que involucrarse a más gente para limpiar el barrio», contribuyendo así a mejorar la imagen de una zona por la que, en los últimos años, han apostado jóvenes empresarios abriendo negocios «no solo de hostelería».

También Joao Assunçao, de Bici Vintage, comparte la satisfacción por el nuevo dibujo que luce ahora en su reja, ya que «a miña tiña unha pintada, estaba maltratada e custoume moito diñeiro», pero también entiende «perfectamente», dice, a los vecinos. «Todo o mundo sabe o que pasa en Coruña, que está chea de pintadas», valora antes de apuntar la posibilidad de que se invierta más «nunha arte organizada, ao mellor pintando unha rúa completa». A su juicio, una iniciativa de estas características revalorizaría el barrio en el que lleva ya seis años asentado y podría convertirse incluso en un atractivo «para que viñese máis xente, incluso turistas, a ver as obras».

«Nuestro mural quedó muy bien, pero estaría mejor todavía que limpiasen las pintadas o pintasen encima de ellas», apuntan desde el restaurante Kvras, otro de los locales que cedió su verja para la creatividad de los muralistas. Llevan un año y medio abiertos en la calle del Orzán y «como si viviera aquí», dice sobre el descontento vecinal por los grafitis

«Ha sido un lavado de cara, un parche en algunas zonas»

CESAR QUIAN

«Parece de recochineo», apuntó Aure López, antigua portavoz de los residentes del Orzán. El Ruarte ha encendido a la entidad, quejosa por no haber sido recibida por el gobierno «por problemas de agenda, nos dijeron», y porque este lunes, a primera hora, «ya estaba el servicio municipal limpiando los restos de pintura, pero que el resto del barrio quedase oliendo a pis, eso no importa», lamentó José Luis Méndez, que acusó de «electoralista» lo ocurrido.

Camilo Chas, de Artbys, uno de los que cedió su fachada para el festival, apunta otras razones para entender «totalmente a los vecinos». «Lo que se ha hecho es un lavado, pero solo de algunas zonas. Ha quedado muy bien pero es un parche; y aquí hay un problema de convivencia que hay que resolver», apunta antes de señalar que «a lo mejor no fue muy buena idea montarles un concierto a vecinos con problemas porque no les dejan dormir», en alusión a la actuación de Nacho Vegas en un acto electoral de la Marea en la plaza Sellier que coincidió con el Ruarte. Al margen de los grafitis, las molestias por la movida nocturna en la calle Vista son una queja recurrente del barrio.

El festival generó cierto revuelo también entre los creadores. La Asociación Galega de Profesionais da Ilustración, que inicialmente desaconsejó la participación por no estar de acuerdo con las bases, ha obtenido el compromiso de que en próximas convocatorias se valorará el trabajo de los muralistas, retribuyendo todas las obras y no solo las ganadoras. «Esto no solo pasa aquí, entendemos que sucede por desconocimiento, pero como asociación tenemos que evitar la devaluación del trabajo profesional», señaló María Álvarez, portavoz de la AGPI.