Desde este domingo, más de 118.000 coruñeses están obligados a fichar

R. DOMÍNGUEZ A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

OSCAR CELA

El decreto de registro horario entra en vigor con incertidumbre entre las empresas

11 may 2019 . Actualizado a las 09:39 h.

El real decreto ley 8/2019 del 8 de marzo sobre medidas urgentes de protección social y lucha contra la precariedad, que modifica el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores, entrará en vigor este domingo, lo que supondrá la obligatoriedad, para todas las empresas y sus empleados, de realizar un registro de la jornada laboral. En A Coruña, esta medida afectará, al menos sobre el papel, a 118.504 trabajadores. No son todos los que tienen su empleo en el municipio, pues fuera quedan los 15.370 autónomos y también las 3.989 empleadas del hogar registradas por la Seguridad Social en la ciudad.

Sí lo harán, o deberán hacerlo, los 117.673 afiliados en el régimen general, además de los 739 coruñeses del régimen especial del mar y los 92 del agrario. Con una población activa sometida a regulación horaria de 340.143 personas en el conjunto de la provincia, la ciudad de A Coruña continúa siendo la de mayor población trabajadora obligada por esta nueva medida que, en teoría, busca garantizar el cumplimiento de lo recogido en las contrataciones y la normativa laboral. En Santiago son 56.232 los trabajadores que deberán cumplir la orden de fichaje, y en Ferrol, 16.113

Estos días previos a la entrada en vigor del registro obligatorio de la jornada, son constantes las consultas atendidas por especialistas en relaciones laborales por parte de las empresas, todavía desconcertadas sobre cómo llevarlo a cabo ante un texto escueto y que, a juicio de los expertos, adolece de concreción.

Dejando al margen grandes empresas de A Coruña y algunas de tamaño medio que ya cuentan con sistemas para que el personal fiche, en general las pymes «no conocen los recursos económicos y humanos que van a necesitar no solo para implantarlo, sino para gestionar toda esta documentación, que además deben conservar cuatro años por ley», subraya Mónica Álvarez desde el despacho profesional de abogados y economistas Álvarez Real.

Movilidad y estacionalidad

La casuística es muy diversa y variada, y los métodos múltiples, desde el papel hasta los más automatizados, pero en todos y cada uno de los casos debe almacenarse el informe diario de cada empleado. «Hay negocios en que van a tener hasta ocho registros por día de cada uno», advierte, con la necesidad, en muchos supuestos, de destinar personal específico para llevarlo a cabo.

La complejidad se incrementa en las múltiples ramas que no están vinculadas a una actividad presencial continuada en un espacio físico, que emplean un volumen relevante de población en una ciudad de servicios como la coruñesa, ya que la normativa afecta también a colectivos con movilidad, desde transportistas a obreros de la construcción o comerciales. La utilización del móvil como método es una opción, pero «exige que sea la empresa la que proporcione ese teléfono y, además, el trabajador debe dar autorización para su geolocalización».

Además de requerir el hábito de los propios empleados para cubrir el registro, especialmente complejo resultará el control horario en sectores con gran volumen de contratación en ciudades como A Coruña, caso de la hostelería, ya que «las jornadas no son al uso», explican.

La estacionalidad de algunos oficios, muy clara por ejemplo en las campañas de pesca o agrarias, pero también en las vinculadas al turismo, implicará que los empresarios tengan que buscar fórmulas de compensación, ya que el exceso laboral máximo permitido como horas extras remuneradas es de 80 al año. El resto, hay que compensarlo en tiempo: si una semana un empleado supera su jornada ordinaria para hacer frente, por ejemplo, a un evento turístico concreto, «recomendamos que quede registrada su compensación futura en tiempo libre y, a ser posible, indicando incluso la fecha en la que la disfrutará», señala Álvarez.

La elección del sistema para fichar «ya está provocando quebraderos y desembolsos», añade. Entre las ofertas de software para automatizar el control, recomienda tener en cuenta que en los métodos biométricos (huella, iris..) el coste es mayor: «Es información con tratamiento específico, como los datos genéticos, por la ley de protección de datos».

«En el 80 % de los casos se va a cubrir el expediente sobre el papel para cumplir la norma»

La economista y socia directora de Álvarez Real, despacho fundado en 1967 con oficinas en A Coruña, Lugo y Londres, considera que, además del coste que supondrá para las empresas, grandes y pequeñas, el nuevo decreto llega marcado por cierta ambigüedad y exige un desarrollo normativo. «En siete líneas no pueden tener cabida todas las casuísticas laborales que existen, porque además el trabajo cada vez es más diverso y más flexible», advierte Mónica Álvarez. La norma «puede servir para sensibilizar», pero duda de la capacidad de los negocios pequeños para ajustarse a horarios estrictos: «Creo que de forma efectiva no se va a conseguir demasiado ?valora?, salvo alguna empresa de perfil medio que pueden aprovechar para regular el horario, en el 80 % se va a cubrir el expediente sobre el papel para cumplir la ley».

Opina que la implantación requiere que se establezcan con precisión también determinados aspectos, como lo que se consideran descansos computables o no dentro de la jornada laboral. Aún teniendo en cuenta que, si el convenio no lo especifica, en seis horas continuadas el empleado tiene derecho a un descanso de al menos quince minutos dentro de su jornada, pone un ejemplo sobre las dudas ya detectadas: «Hay inspectores que llegan al extremo de considerar que cada vez que un empleado sale, por ejemplo, a fumar, debería firmar el registro o fichar, y al volver a entrar, también». La discrecionalidad radica, explica, en la potestad de la Inspección de Trabajo para interpretar la norma, lo que puede llevar a que «el inspector jefe siga un criterio, y el resto, otro», advierte.