Ana Villar: «Lo reconozco, tengo una adicción: no puedo vivir sin queso»

La Voz

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

«Ya estamos recibiendo productos de Navidad. Si vemos alguno gallego vamos a por él siempre que tenga calidad», asegura

29 abr 2019 . Actualizado a las 08:44 h.

Se expresa con dulzura. Me siento a gusto con ella. «Mis amigos dicen que soy buena amiga», comenta sin abandonar el tono dulce. Debe de ser porque «el chocolate me vuelve loca. También el champán rosado, el jamón de bellota y los quesos. Lo reconozco, tengo una adicción, no puedo vivir sin queso. Pero eso en cuanto a productos gourmet, porque me encanta la pizza, los huevos fritos con patatas y el pan, que en A Coruña es magnífico», destaca Ana Villar López, propietaria de Villar Distribuciones.

Una mujer en un sector muy masculino. «Empezamos a ser más, pero sí, es un mundo de hombres. Pero yo no creo en los géneros, creo en el trabajo bien hecho», apunta esta coruñesa que en verano cumple los 50 y que sugiere que le hagamos la foto en la plaza de España. «Me encanta perderme por aquí y por las calles de Monte Alto. Mis recuerdos infantiles son en los jardines de Méndez Núñez, en la calle Real, los calamares del Otero…», relata. Estudió en el colegio Eirís y COU en los Maristas y enseguida se puso a trabajar en la empresa fundada por su padre, Juan Manuel Villar. «Me gustó, seguí, y cuando se jubiló me quedé yo», resume.

Segundas oportunidades

Tiene dos hijos. Pablo ya puede votar hoy, estudia Ciencias Políticas y se quiere cambiar a Derecho. Hugo, de 15, tiene claro que lo suyo son las bellas artes. «Su creatividad es brutal», asegura la madre. En septiembre pasado se casó con su pareja, Gugui, con el que lleva nueve años. Además, trabajan juntos en la empresa. «Es mi apoyo incondicional. Lo nuestro es un ejemplo de que personas muy diferentes pueden ser felices. Creo en las segundas oportunidades», sentencia. Charlamos en el Monty de la plaza del Papagayo. La decoración y la música invitan a pedir un vino, pero tomamos sendos descafeinados.

«Llevamos 56 bodegas, aceites y productos gourmet. En el 2005 creamos AV Nadal, especializada en regalos de Navidad. Es mi proyecto más personal y nos da muchas alegrías. Tenemos unos clientes excelentes», asegura. Acaba de regresar del Salón Gourmets de Madrid. «Ya estamos recibiendo productos de Navidad. Si vemos alguno gallego vamos a por él siempre que tenga calidad», comenta Ana, que también distribuye su propia marca de vino, el ribeiro Avó Martín. «Nos está dando muchas satisfacciones. En los locales donde ya ha entrada no ha salido. El nombre es un homenaje al abuelo de Gugui», confiesa.

Viajes en moto

Dice que es leal, cabezona, extremadamente ordenada y tímida. «Voy a tiendas que venden mis productos y no digo nada. Me da corte. Eso sí, cuando salgo por ahí pido mis vinos», comenta sonriente. Dice que de vez en cuando disfruta de la soledad. «Después de estar todo el día hablando con clientes y proveedores necesitas esos momentos de estar sola». Le gusta acompañar a su marido motero «si no es a un destino demasiado alejado». Pero tiene poco tiempo «porque pasamos muchas horas en la nave de Pocomaco. A menudo de nueve de la mañana a nueve de la noche. Las peores épocas son el verano y las semanas previas a la Navidad. Es un sector competitivo, a veces desleal, y muy duro. Tenemos la suerte de que nuestros clientes son amigos».

Cuando llega a casa prefiere leer. «Si se estropea la tele no pasa nada. Ahora estoy volviendo a leer Un mundo para Julius, de Bryce Echenique». Busca en la aplicación de YouTube la canción que ahora más le gusta. La escuchamos. Es una de un grupo de Cedeira, Los Eternos. El tema se titula La Tempestad y apenas supera las dos mil visualizaciones. Así es Ana. «Siempre estamos pensando en cosas nuevas que podemos hacer. Lo próximo va a ser un curso de arroces en la escuela del Paseo das Pontes y una cata de vinos y quesos en O Secreto», avanza. El queso que no falte nunca.