Antonio Rojas, dueño del piso incendiado en A Coruña: «Cogió el cuchillo más grande de la cocina y me lo clavó»

Emiliano MOuzo A CORUÑA / LA VOZ

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Explica que la presunta autora del fuego intencionado se peleó con su pareja porque la iba a dejar y dijo que los quiso echar a todos de la vivienda

28 mar 2019 . Actualizado a las 17:33 h.

Antonio Rojas es el propietario del 2.º derecha del número 152 de la avenida de Hércules. Sobre las siete de la tarde de este martes su casa se vio envuelta en llamas supuestamente porque una mujer que se encontraba en la vivienda le prendió fuego. Antes lo apuñaló con un cuchillo de cocina y se lo clavó «hasta cuando estaba caído en el suelo».

-¿Cómo empezó el problema?

-Yo estaba con tres amigos en el salón, tomando algo, y llegó otro que duerme de vez en cuando en casa. Es el novio de Margarita, la que me apuñaló.

-¿Y qué pasó?

-Él está en el Centro de Reinserción Social de la Torre, y cuando vino le dijo a Margarita que no quería continuar con ella, que rompían la relación, y le pidió que se fuese de la casa. Discutieron muy fuerte, con muchos insultos, durante un buen rato.

-¿Y por eso le apuñaló a usted?

-No. Al decirle su novio que se tenía que ir, dijo que si se marchaba ella nos íbamos a ir todos, pero por el aire porque iba a reventar la casa, y fue hacia la cocina y cogió el cuchillo más grande que había.

-¿Y le atacó a usted?

-Venía hacia todos, pero yo les dije a mis amigos que se separasen, que se fuesen a otras habitaciones. Intenté tranquilizarla y sin decirme nada comenzó a acuchillarme.

-¿Y le alcanzó?

-Sí. Las primeras cuchilladas que recibí fueron en el hombro y en el brazo izquierdo, porque fue la parte de mi cuerpo con la que quise parar los golpes del cuchillo.

-Pero también tiene heridas en la cabeza.

-Al recibir el primer corte logré agarrarle la mano y quitarle el cuchillo. Pero en ese momento resbalé y me caí al suelo.

-¿Ella volvió a coger el arma?

-Sí, la agarró del suelo y continuó apuñalándome. Por eso me alcanzó en la cara, en el lateral y en la parte trasera de la cabeza. Casi me mata. Si llega a cogerme bien, en el cuello o en el pecho, estaría muerto.

-¿Qué hizo para no recibir una puñalada mortal?

-No lo sé. Recuerdo que me cubrí el cuello. Pero ella atacaba de tal forma que parecía que estaba endemoniada. Tiene un problema de movilidad, anda con una muleta, pero demostró que tiene una fuerza brutal.

-¿Y dejó de atacarle así, sin más?

-Creo que paró al verme sangrar tanto. Debió de pensar que me había apuñalado hasta la muerte y al no ver a los compañeros, que estaban encerrados en una habitación, prendió fuego a la casa.

-¿Con qué y cómo incendió el piso?

-No me lo pregunte. No lo sé. Bastante tenía con defenderme, con tratar de que no me diese una puñalada que me matase.

-¿Qué hizo ella después de prender el fuego?

-Salió de la casa a toda prisa y cerró la puerta del piso. Intentó dejarnos encerrados como a conejos. Menos mal que tenía llaves y logramos salir.

-Menos uno de sus amigos, que se tiró por la ventana al patio de luces

-Sí. Eso fue lo peor. Cogió mucho miedo al ver que las llamas alcanzaban la habitación donde estaban escondidos y que con el humo no podían respirar.

-¿Cómo está ahora?

-Me dicen que no está muy bien. Es lo que más me preocupa. No me importa que mi casa esté destrozada, lo que quiero es que él se recupere.

-¿Conocía a la mujer?

-Desde que se vino a vivir a mi casa con su novio, desde el mes de octubre. Ya no es la primera vez que monta follones y que me golpea.

-¿Se quedó sin nada?

-El piso, que me dejaron mis abuelos, era lo único que tenía. De hecho, hoy iban a venir a verlo porque lo quería vender.

-¿Y qué va a hacer ahora?

-No tengo ni idea. Tratar de sobrevivir, como lo hice siempre. Iré a algún albergue, no me queda otra solución.

-¿Va a denunciarla?

-No lo sé. Bastante tengo con curarme y con pensar en qué voy a hacer ahora

-Sus vecinos se quejan de usted.

-Les pido perdón. No soy tan malo como dicen. Voy a pasar de ellos si siguen criticándome.

El piso de As Lagoas quedó destruido y los vecinos cargan contra el propietario

El fuego que se inició sobre las siete de la tarde de este martes en el piso de Antonio Rojas destruyó la vivienda. El intenso calor y la gran humareda que generaron las llamas también afectaron a otros pisos. Este miércoles algunos vecinos no pudieron regresar a sus casas debido al fuerte olor a humo que había, y la mayoría estaban a la espera de la llegada de los peritos de los seguros para solucionar los problemas.

Todos los vecinos de Rojas coinciden al señalar que lo ocurrido el martes «era algo que se venía venir». Manifiestan que los distintos presidentes de la comunidad le llamaron al orden «por los problemas que surgían muy a menudo en su casa y que afectaba a todo el inmueble, y, además, debe 5.000 euros de comunidad».

El vecino que vive frente a Antonio asegura que llamó hace apenas un mes a la policía «porque se estaba peleando él y la mujer. Pensé que era él el que la agredía, pero finalmente supe, por la policía, que quién recibió la paliza fue Antonio». Los residentes del inmueble esperan que las cosas vuelvan a su cauce.